La xenofobia y la violencia contra los inmigrantes venezolanos se sigue intensificando, una muestra de ello fue vivida por un joven marabino, vendedor ambulante de chocolates en una calle en Perú, quien rodeado de 35 policías, hizo valer su derecho y se defendió mostrando su permiso legal.

 

“Nosotros no delinquimos, nosotros no estamos haciendo nada malo para que nos boten de este semáforo, tenemos mes y medio aquí, allí hay una cámara de seguridad que testifica que nosotros somos buenas personas”, dijo el venezolano mientras sostenía en sus manos una caja con chocolates.

 

Mientras los uniformados arrinconaron y rebuscaban pretextos para detener al vendedor, este les decía: “Tengo que vender 90 chocolates para poder comer y dormir todos los días, ustedes no tienen derecho a quitarme la mercancía”. 

 

Cansado de reclamar sus derechos humanos, con documentación en regla y sin portar nada ilegal, el venezolano impotente se desvistió para que los policías, quienes lo asechaban como a un delincuente, vieran que no había motivo para arrestarlo.

 

“Conozco las leyes en Perú y por eso las cumplo. Y tengo el nombre del policía que me insultó la otra vez, voy a denunciarlo. Me han chequeado por todos los sistemas y no estoy solicitado, soy un chamo sano”, gritó el maracucho.

 

(LaIguana.TV) 

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