Las sanciones de Estados Unidos aplicadas a PDVSA y otras compañías navieras de Panamá y Chipre, encargadas de suministrar petróleo a Cuba, han sumido a la isla en una crisis energética, a pesar de que el presidente del país caribeño, Miguel Díaz-Canel, ha calificado la situación de ‘coyuntural’.

 

Cuando a mediados de septiembre el presidente de Cuba anunció a los ciudadanos que el país entraría en una crisis energética, muchos inmediatamente pensaron en el ‘Periodo Especial’. El fantasma de los apagones y las dificultades en el transporte de los años 90 volvía al acecho a pesar de que, según el Gobierno, esta vez sería»coyuntural».

 

La coyuntura vino acompañada de nuevas medidas de ahorro que hacen más cruda la realidad de los cubanos. Entre bloqueo, huracanes y tornados, además de deficiencias en la gestión económica interna, no alcanzan a distinguir lo que ayer fue ‘Periodo Especial’ y hoy se llama «coyuntura».

 

Aunque muchos expertos han intentado marcar las diferencias entre un período y otro, para el cubano de a pie la situación es la misma. Las autoridades de la isla volvieron a llamar al ahorro energético en los centros de trabajo y los hogares, por lo que hubo una importante reducción en la disponibilidad de las principales líneas de transportes: de 7.000 viajes diarios pasaron a 4.000.

 

Las oficinas de trabajo también han retomado los planes de ahorro y los han implementado de forma intensiva: algunos empleados cumplen jornadas de 5 horas para evitar los horarios pico y el alto consumo. También se pide evitar encender los aires acondicionados a pesar de las altas temperaturas (35 grados celsius), además de la reducción en los suministros de gasolina para las empresas.

 

Díaz-Canel ha llegado a hacer un llamado a la sensibilidad de los dirigentes cubanos para contribuir al traslado de pasajeros en las paradas de ómnibus, donde las personas hacen filas durante horas en espera de un transporte.

 

​Estas medidas sin dudas han ayudado por estos días a la movilidad de los cubanos pero su futuro es incierto, no se sabe si aguantarán toda la coyuntura. Por el momento, la petrolera estatal venezolana PDVSA ordenó el aumento de las exportaciones a Cuba para aliviar la escasez de combustible en la isla, pese a las sanciones estadounidenses.

 

Más ahorro, menos apagones… ¿se cumple la ecuación?

 

A pesar de que el Gobierno anunció al inicio de la crisis que se evitaría afectar el sector residencial de la isla, la organización no gubernamental Inventario ha recopilado datos desde julio sobre los cortes de electricidad reportados en las 16 provincias cubanas.

 

​Entre el 8 y el 19 de julio, fueron recolectados 426 reportes de apagones provenientes de 90 barrios y 69 municipios en 15 provincias del país sin contar el municipio especial Isla de la Juventud. La duración promedio nacional fue de 4 horas y 16 minutos y entre las provincias más afectadas estuvieron Granma, Santiago de Cuba, Ciego de Ávila y Camagüey. 

 

Raúl García Barreiro, titular cubano de Energía y Minas, dijo en la televisión nacional el 12 de septiembre que en Cuba existen decenas de unidades térmicas, miles de subestaciones, más de 100.000 kilómetros de líneas y diariamente se producen interrupciones que no guardan relación con problemas por falta de petróleo. 

 

«Estamos trabajando para que no ocurran apagones, pero si existieran problemas de generación y fuesen necesarios, serán informados», aseguró en el programa televisivo Mesa Redonda.

 

Asimismo, la Oficina Nacional para el Control del Uso Racional de la Energía (Onure) divulgó una serie de medidas encaminadas al ahorro energético en los hogares entre las que destacan apagar las heladeras durante una hora al día en el horario de mayor demanda y desplazar actividades como lavar y planchar fuera de los horarios pico (11am-1pm / 5pm-9pm).

 

Kenia García, jefa de comunicación en Onure, explicó a la prensa local que en toda Cuba se han desplegado inspectores estatales que se encargarán de velar por que en las empresas no sobrepasen el consumo planificado.

 

(Sputnik)