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Un hombre mató a su esposa transgénero, pero no encontraron su cuerpo en ninguna parte. De pronto, abrieron una olla de la que salía un asqueroso olor, y encontraron su pie. Un asesinato que remece el mundo.

 

Todo comenzó cuando un trabajador, llamado Brad Coyne fue llamado al apartamento de Marcus Volke después de un corte de energía.

 

En una escalofriante llamada que luego escucharían investigaciones, se puede oír a Volke diciéndole al trabajador sobre un olor, un repugnante olor que “tenía que ignorar”.

 

Después de la visita, Coyne le dijo a los policías sobre el hedor que los vecinos habían descrito como “carne podrida”.

 

Ese repugnante olor sería la esposa de Volke.

 

El hombre, cocinero experto, mató y cortó a su esposa transgénero antes de cocinar sus partes del cuerpo.

 

Volke, de 28 años, era trabajador sexual en distintos clubes y agencias para adultos de Melbourne, en Australia, para poder pagar sus deudas, que ascendían a los 9 mil dólares.

 

Pero también era un chef cualificado que tenía un interés particular en el caldo de hueso.

 

La policía se dirigió al apartamento pero después de contestar la puerta, Volke se cortó la garganta antes de tropezar fuera de su apartamento en un charco de sangre.

 

Luego se suicidó en un cubo industrial cercano.

 

Los policías encontraron los pies de la señora Prasetyo cocinando en una olla una vez que entraron al apartamento.

 

El policía Brian Reid dijo: “(Había) un mal olor, era algo que nunca había olido antes y realmente no puedo describir”.

 

Volke había conocido a su futura esposa en un burdel de Melbourne en Australia donde trabajaron juntos.

 

Prasetyo había estado trabajando para enviar dinero a su tierra natal de Indonesia, donde estaba poniendo a sus hermanas en la escuela.

 

Les tomó cuatro días limpiar la escena de horror. Una triste noticia que terminó de la peor manera.

 

(upsocl.com)

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