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El Real Madrid no falló en La Rosaleda, venció al Málaga por 0-2 y se ciñó su trigésima tercera corona liguera para culminar un torneo en el que ha sido el más regular y ha sabido aprovechar los errores de su gran rival, el Barcelona, que se salvó de la derrota ante el Eibar (4-2) tras ir perdiendo por 0-2.

 

El francés Zinedine Zidane, que se hizo cargo del equipo la pasada campaña en sustitución de Rafa Benítez, rubricó su primera Liga completa con el título. Supo mover sus peones, logró que todos los jugadores estuvieran a favor de la causa y el equipo acabó por coronarse campeón tras cuatro campañas sin conseguirlo.

 

Necesitaba al menos empatar en Málaga para asegurar el título y el Barcelona, que recibía al Eibar, precisaba ganar y esperar una carambola en La Rosaleda. El morbo además estaba asegurado por la presencia en el banquillo del cuadro andaluz de un madridista como José Miguel González ‘Míchel’, quien desde el primer momento aseguró que en su vocabulario solamente existía la palabra victoria y fue tajante a la hora de defender la honorabilidad de su plantilla.

 

El Real Madrid no desperdició la ocasión en un estadio donde hace quince años el Valencia había entonado el ‘alirón’. Cristiano Ronaldo, a los dos minutos, aprovechó un error de la zaga y Keylor Navas, sobre todo en un lanzamiento de falta de Sandro Ramírez, evitó que se le complicara el encuentro.

 

El francés Karim Benzema, en situación protestada, despejó aún más el camino al equipo madridista a los 55 minutos en una confusa acción tras un saque de esquina. Los hombres de Zidane se dedicaron a administrar su ventaja ante un Málaga que se mostró orgulloso y se negó a rendirse.

 

Pese a las intentonas blanquiazules no corrió peligro el título del Real Madrid, que ahora intentará completar el doblete con la Liga de Campeones, cuya final disputará ante el Juventus de Turín el próximo 3 de junio en Cardiff.

 

(EFE)

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