La situación de violencia contra los venezolanos en el exterior se recrudece cada día más. Así lo demuestra la cantidad de videos publicados en las redes sociales donde los connacionales han sido víctimas de atropellos y maltrato durante hechos ocurridos en países como Perú.

Tal es el caso de Freddy Brito, quien se fue de Venezuela hace más de un año a la nación inca junto con su familia, porque se le hacía insostenible mantener a sus seis hijos acá en el país. Brito tiene una prótesis en una pierna, ya que la perdió luego de que en su país natal le dieran un tiro. En Perú se gana la vida cantando en los buses. Un día bajando de uno de estos vehículos un taxista le “tiró” el carro encima con el propósito de atropellarlo al tiempo que le gritó: “Veneco, váyase de aquí”.

“Si los ángeles no me cuidan, me hubiese atropellado“, dijo el hombre,  quien en Venezuela se dedicaba a cantar merengues.

 
No solo Brito ha sido víctima de xenofobia en Perú, su esposa que se desempeña como peluquera también ha sufrido vejaciones. Muchas clientas del establecimiento donde labora han dicho que no quieren ser atendidas “por la venezolana”.

“Tu vienes con sueños. Y resulta que cuando llegas, te encuentras con otro panorama”, dijo Ruth Guillén, esposa de Brito.

Atrás quedó el tiempo de que los venezolanos eran recibidos con las puertas abiertas en todos los países de la región, especialmente, durante la época de Cadivi y los dólares preferenciales. Ahora, el venezolano es visto como una “amenaza” para los puestos laborales y existe una matriz de que en estas naciones ha aumentado la inseguridad como consecuencia de la migración venezolana.

“La gran, gran, gran mayoría no están vinculados al delito”, aseguró Federico Agustin, representante para la región de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur). Añadió que ha sido “una cobertura mediática engañosa que creó la percepción generalizada de que los venezolanos son responsables del aumento de la delincuencia. Las estadísticas de la agencia penitenciaria peruana indican que apenas cinco de cada 10.000 venezolanos que viven en el país fueron encarcelados y acusados de un delito”.

 Por otra parte, según datos de Naciones Unidas, diariamente aumenta el número de refugiados o migrantes venezolanos que denuncia haber sufrido discriminación en Suramérica. Según el organismo internacional Perú se ha convertido en un punto especialmente conflictivo. Una línea telefónica recién establecida documentó 500 incidentes en un periodo de solo dos semanas.

“Ha ido creciendo en los últimos meses“, señaló Agusti. “La causa, en principio, podría estar vinculada tanto al temor hacia el otro como a ciertos prejuicios o estigmas que se han ido dando (…) y eso genera discriminación y rechazo”, recalcó. 

 

Entre las principales vicisitudes que atraviesan los venezolanos en Perú están desalojos injustificados de las viviendas que habitan, robo de salarios, condiciones laborales paupérrimas, amenazas violentas y agresiones verbales constantes.

Estas acciones contra los venezolanos han sido impulsadas desde las mismas instituciones peruanas. Por ejemplo, la diputada Esther Saavedra, dijo –antes de que fuese disuelto el Congreso- que “¡malos o buenos, tienen que salir del Perú!“, gritó la mujer en una sesión del parlamento.

La familia Brito contó a la agencia AP que también han sido víctimas de agresiones por parte de sus caseros, ya que en dos oportunidades han sido desalojados solo por el hecho de ser venezolanos.

Sin embargo, Brito mientras tanto sigue cantando en los autobuses de Lima: “Pienso que Perú es un paraíso”, dice un tema que compuso. “Si vuelvo a nacer otra vez, aquí aterrizo”, apunta.

(LaIguana.TV)