Este viernes se cumplen 36 años de la invasión militar conocida como operación Furia Urgente, perpetrada en 1983 por el Gobierno de los Estados Unidos (EE.UU.) contra la isla de Granada, en la que murieron 70 granadinos y 358 resultaron heridos.

 

El «temor» estadounidense radicaba en la propagación de las ideas socialistas que poco a poco iban penetrando en varios países de Latinoamérica y el Caribe, por lo que el 25 de octubre de 1983 EE.UU. ordenó la operación militar para invadir la isla caribeña, ya que mantenía buenas relaciones con Cuba y la URSS.

 

Este ataque de Washington se basó en tres supuestos pretextos, los cuales fueron: Proteger a los ciudadanos estadounidenses residentes, restaurar el orden y la democracia y evitar que la isla se transformara en una «base cubana- soviética».

 

Con estos argumentos, los soldados irrumpieron por aire, mar y tierra en esta pequeña isla. Como resultado de esta operación relámpago, fueron asesinados decenas de civiles, entre ellos muchos cubanos que trabajan en aquel momento en la construcción de un aeropuerto en Granada.

 

Los norteamericanos, durante el Gobierno de Ronald Reagan, fomentaron el clima de tensión que provocó un Golpe de Estado el 13 de octubre contra Maurice Bishop, posteriormente el asesinato del líder y la invasión que cobró la vida de decenas de personas.

 

La operación comenzó a las 05H00 (hora local) del 25 de octubre de 1983, y fue la primera gran operación militar llevada a cabo por EE.UU. desde la Guerra de Vietnam. Contó con la participación de 1.200 marineros estadounidenses.

 

Se organizaron unas ocho mil fuerzas combinadas, incluyendo la Fuerza del Ejército de EE.UU. de Despliegue Rápido, Infantería de Marina, Ejército de la Fuerza Delta, las Fuerzas de Operaciones Especiales, SEALS de la Marina. Además del Sistema de Seguridad Regional, tropas de diversas naciones asociadas del Caribe.

 

Esta invasión fue condenada por la mayoría de la comunidad internacional y no contó con el apoyo de las Naciones Unidas, ya que fue una demostración de fuerza militar de los EE.UU. en su intento de intimidar a otros gobiernos socialistas, además de representar una abierta violación del derecho internacional y de la soberanía de los pueblos.

 

Desde el 13 de marzo de 1979, esta pequeña isla comenzó a vivir un proceso transformador y socialista, impulsado por el líder de Nueva Joya Maurice Bishop y estos cambios no fueron aceptados por Washington, lo que trajo como consecuencia que EE.UU. generara el contexto necesario para lograr su propósito de invasión.

 

La ocupación del país caribeño fue sólo un ensayo general de la forma de obrar de EE. UU., creando un mecanismo político de desarrollo de conflictos militares, que desembocaría más adelante en la operación de Panamá, la guerra del Golfo y la ocupación de Irak.

 

(teleSUR)