El canciller de México, Marcelo Ebrard, ha visitado este martes el escenario de la masacre que sufrió la familia LeBarón este lunes, cuando nueve personas, entre ellas seis niños, fueron masacrados en el municipio de Bavispe, en el estado de Sonora.

 

Ebrard aseguró que «no habrá impunidad» y que el Gobierno mexicano «se está ocupando para que haya justicia y se lleve a los responsables» ante el «sistema legal». «México con plena convicción está manifestando su rechazo, su condena a una atrocidad de esta naturaleza, inadmisible, que va en contra de todos los principios y la dignidad humana», declaró.

 

«Ante una atrocidad que no se puede permitir, el presidente de la República encabeza la indignación de México», ha asegurado Ebrard en el lugar de los hechos. Además, ha definido a la familias atacadas como «una comunidad binacional» que es «muy respetable» en México. «Son parte de nosotros, de nuestro pueblo, de nuestra gente, desde el siglo pasado», ha apuntado el canciller, que también ha querido señalar que además son «ciudadanos norteamericanos».

 

Tras apuntar que las instrucciones del presidente son «coadyuvar y actuar para que se haga justicia», Ebrard ha informado de que se encuentra «en comunicación con las autoridades norteamericanas» desde este martes y que durante la jornada «hubo una llamada entre el presidente Trump y el presidente López Obrador», que calificó de «en muy buenos términos» debido a la «buena relación» que hay entre ambos mandatarios.

 

Así, el canciller ha explicado que López Obrador llamó al presidente estadounidense para «darle las condolencias de parte del pueblo de México» por las víctimas y las familias afectadas de origen norteamericano.

 

Por su parte, la Secretaría de Relaciones Exteriores ha asegurado que se están destinando «los esfuerzos necesarios» para identificar a los responsables del ataque y ha enviado sus condolencias a las familias afectadas, a la vez que ha comprometido «acciones, recursos y convicción para hacer justicia e impedir que estos hechos se repitan en el futuro».

 

La visita de las autoridades fue encabezada por el secretario de de la Marina, José Ojeda Durán, que se encontraba acompañado tanto por Ebrard, como por el general de Brigada Diplomado del Estado Mayor, Homero Mendoza Ruiz, y el titular de la Coordinación de Métodos de Investigación de la Fiscalía General de la República.

 

Una tragedia que ha conmocionado al país

 

La masacre perpetrada por criminales contra una comunidad mormona del norte de México se produjo el 4 de noviembre cuando tres mujeres y sus catorce hijos, todos ellos de doble nacionalidad mexicana y estadounidense, se dirigían en tres vehículos desde el municipio de La Mora a la comunidad mormona de LeBarón.

 

El ataque a la primera camioneta tuvo lugar alrededor de las 10:00 horas (local). Aunque aún se desconocen muchos detalles, se sabe que la familia fue atacada a tiros y, posteriormente, se incendió la camioneta en la que viajaban, por lo que los cuerpos fueron encontrados calcinados e irreconocibles.

 

Posteriormente, la mujer que conducía la segunda camioneta fue asesinada por un disparo fuera del vehículo. Su bebé, sin embargo, fue rescatado ileso en la parte posterior de la movilidad horas más tarde. Mientras, en la tercera camioneta, ocupada por otra mujer con sus nueve hijos, fueron asesinados tanto la madre, como dos de sus vástagos, de 3 y 11 años de edad.

 

Las autoridades y los familiares han confirmado el asesinato de nueve personas en total, seis menores de edad y tres mujeres, mientras que ocho niños consiguieron salvar la vida, aunque al menos cuatro de ellos recibieron disparos de bala.

 

De acuerdo con las primeras versiones del Gobierno mexicano, el móvil del ataque pudo haber sido producto de una confusión entre las organizaciones criminales que se disputan el control de la zona entre Chihuahua y Sonora.

 

Desde la Fiscalía de Chihuahua, por su parte, especularon con que Los Jaguares, una facción del Cartel de Sinaloa, habrían perpetrado esa masacre.

 

(RT)