El presidente de Bolivia, Evo Morales, instó a los funcionarios policiales y a los miembros de las Fuerzas Armadas de ese país a dejar de utilizar las armas contra el pueblo boliviano que ha salido masivamente a repudiar el golpe de Estado.

 

«Con mi renuncia buscaba la paz, al día siguiente existieron muertos de bala (…) pedimos a la policía y a las Fuerzas Armadas a dejar de utilizar las armas contra el pueblo boliviano«, expresó Morales en una rueda de prensa ofrecida en México, donde se encuentra bajo la protección del Gobierno con un asilo humanitario luego de las amenazas de muerte contra él, su familia, miembros del Poder Ejecutivo y del Movimiento Al Socialismo.

 

«Cuando llegué al gobierno en 2006 la Fuerza Armada sólo tenía un helicóptero, ahora hay más de 25 (…) Nunca pensé que se equiparía al ejército para que atacaran al pueblo (…) A los comandantes y oficiales les digo, no se manchen con la sangre del pueblo (…) renunciamos para preservar la paz en Bolivia«.

 

El presidente Morales denunció que la persecución política desatada en Bolivia por los golpistas no solamente es contra ministros y ministras sino también contra periodistas, dirigentes políticos, líderes indígenas, obreros y actores sociales. «Lamentablemente muchos de ellos tendrán que salir del país por la persecución política», advirtió.

 

Morales denunció también que el fundamentalista religioso Luis Fernando Camacho y el excandidato presidencial Carlos De Mesa «son los responsables de toda la violencia que existe el Bolivia», en complicidad con los sectores golpistas de la Fuerza Armada y la policía. 

 

El líder boliviano recordó que momentos antes de perpetrarse el golpe en su contra un grupo de «policías leales me mostraron mensajes en los que les ofrecían 50.000 dólares» para que lo atraparan y entregaran a los golpistas.

 

«El delito que hemos cometido es ser indígena, al pueblo no se le para con armas, el pueblo tiene mucha conciencia (…) hago un llamado al diálogo nacional, con el acompañamiento de diferentes países, pedimos a la ONU que no permitan el golpe de Estado (…) Lo que hemos construido con mucho esfuerzo, ahora lo están destruyendo con mucha facilidad».

 

(LaIguana.TV)