El líder boliviano, Evo Morales, resaltó este jueves que lo que odia la ultraderecha boliviana que gestó el golpe de Estado en su contra es que nunca le pudieron ganar en elecciones libres, en las que siempre logró triunfar por la voluntad del pueblo.
 
 
«No se trata de eternizarse, por mí en cinco años quería irme a mi casa (…) ese es mi deseo, pero el pueblo me pide continuar«, declaró Morales en una entrevista concedida al canal mexicano Televisa.
 
 
El líder indígena, primer presidente aborigen de Bolivia y quien logró sacar al país de la miseria hasta el punto de convertirlo en el más pujante del continente, comentó que la continuidad en la Presidencia del país andino obedecía a que el pueblo boliviano deseaba mantener la continuidad de su proyecto socialista, sobre todo de su programa social y económico a largo plazo.
 

«Mucho depende del programa, un programa del pueblo y no un programa impuesto por el imperio», destacó el exmandatario.

 

Insistió además en que sus «pecados» son el hecho de ser indígena y el haber implementado programas de apoyo a los más humildes, los cuales son rechazados por un grupo oligárquico de «familias racistas, fascistas«, que apuestan además por la privatización de la economía.

 

«Vuelve el racismo, vuelve el odio, no puedo creer el usar la Biblia contra la familia», dijo Morales sobre el grupo que ahora intenta controlar el país.

 

El exmandatario dijo además que «por ahora» no se ve nuevamente como presidente de Bolivia pues el país está «en la etapa de recuperar la democracia, de derrotar a la dictadura».

 

Tras la renuncia y exilio de Morales, Bolivia ha quedado al mando de la senadora opositora Jeanine Áñez, quien se autoproclamó el martes 12 de noviembre como «presidenta interina» del país con apoyo de las fuerzas militares y policiales golpista y el aval de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
 
 
(LaIguana.TV)