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Ya sean periodistas de medios digitales o tradicionales; privados o del Estado; progobierno o de derecha, en Venezuela todos tienen en común que han sido atacados por grupos violentos de la oposición durante el trabajo de cobertura de los hechos noticiosos en estos más de 80 días de protesta. Ni los corresponsales de las agencias internacionales se han salvado de ser agredidos.

 

En el cumplimiento de sus labores han recibido por parte de los opositores amenazas de muerte, insultos, golpes, les han arrebatado sus equipos, han sido hostigados y hasta han sufrido impactos de bala como le ocurrió a la periodista de teleSUR, Adriana Sivori, durante la cobertura de los hechos en la residencia Los Verdes de El Paraíso. Sivori salvó su vida gracias al chaleco antibalas que cargaba puesto.

 

Otro de los casos más recientes fue el ocurrido con la periodista Yasmín Velasco, a quien personas identificadas como de la «resistencia» pretendían quemar cuando cubría una protesta en Altamira, ante la mirada e inacción de sus colegas, según ella denunció.

 

“El grupo que se dice ser resistencia me amenazó diciendo ‘Véanla bien no puede venir aquí a Altamira aquí mandamos nosotros”, este mensaje fue parte de una cadena de tuits que publicó Velasco sobre esta situación. 

 

En el siguiente material audiovisual puede constatar cómo en Venezuela la libertad de prensa y el libre ejercicio de la labor periodística son derechos obstruidos por factores que pretenden por la vía de la violencia derrocar un gobierno democráticamente electo. 

 

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(LaIguana.TV)