Julio Borges, otro de los prófugos de la justicia venezolana por estar implicado en el intento de magnicidio contra el presidente Nicolás Maduro en 2018, y uno de los principales responsables en promover las «sanciones» impuestas por Estados Unidos contra Venezuela, ahora trata de salvar su imagen al «abordar situación migratoria de los venezolanos» en Panamá.
 
 
El pasado 6 de abril, en medio de su campaña internacional de desprestigio contra Venezuela para lograr el bloqueo total del país, Julio Borges, quien asegura ser el «canciller» de Guaidó, declaró en Washington, Estados Unidos, que «la crisis en Venezuela es una enfermedad contagiosa que se propaga a toda la región».
 
 
Estas palabras de Borges hacían referencia a la migración de venezolanos hacía países como Brasil, Chile, Argentina, República Dominicana, Colombia y Panamá; y se dieron justo en medio de una ola de xenofobia contra los venezolanos, quienes fueron víctimas de crímenes de odio en varios de esos países.
 
 
Borges considera que la migración de venezolanos es «un grave problema social» para los demás países, a pesar de que esas naciones se han visto beneficiadas por el talento profesional y humano que han recibido y que les ha ayudado a impulsar su economía y sectores fundamentales como educación, medicina, ingeniería, entre otros.
 
 
«Ese problema migratorio, que ya es un problema de la región, se ve acompañado por otros problemas como crimen organizado, militarismo, paramilitarismo, tráfico de drogas, incluso el tema del terrorismo. De tal manera que Venezuela hoy es el foco de la inestabilidad y de todo lo que significa la degradación social, que puede ser una enfermedad contagiosa en toda América Latina. Y por eso, este es el momento de actuar para rescatar la democracia, el progreso y la dignidad del pueblo venezolano», dijo Borges en aquel momento.
 
 
Tras varias denuncias de ciudadanos venezolanos residenciados en Panamá que insisten que su pasaporte vencido no les sirve en ese país, que reconoce a Guaidó como supuesto «presidente», situación que provoca que las verdaderas autoridades venezolanas no puedan atender a los venezolanos producto del cerco diplomático, Borges quiso salir al paso al asegurar que su reunión con el canciller de Panamá, Alejandro Ferrer, es «para abordar la situación migratoria de los venezolanos en ese país».

 

Panamá es uno de los países que integra el lobby anti-venezolano autodenominado «Grupo de Lima» que emprende acciones de sabotaje contra Venezuela en lo diplomático, comercial, financiero y económico, con el único propósito de derrocar al Gobierno de Nicolás Maduro.

 

 

(LaIguana.TV)