Uno de los objetivos del golpe de Estado en Bolivia perpetrado por «la oligarquía» es «la recuperación del control sobre los recursos naturales del país», que durante el Gobierno de Evo Morales fueron nacionalizados y puestos al servicio del pueblo boliviano, opina el periodista internacional José Manzaneda en declaraciones a RT.

 

Ciertamente, Morales renunció a la presidencia, pero se trató de una dimisión «con una pistola en la cabeza» para tratar de «evitar un baño de sangre», apunta Manzaneda. «Estamos ante un golpe de Estado suigéneris», en el que se ha producido «una traición clara» de la Policía y del Ejército, que se han «puesto del lado de los golpistas», agregó.

 

«Detrás de todo está el objetivo final de recuperar el control sobre los recursos naturales de Bolivia, que en el año 2006 fueron nacionalizados, puestos a los servicios de los programas sociales y de crecimiento económico con orientación social», sostiene el periodista. Muestra de ello, según Manzaneda, es que uno de los líderes de las «revueltas cívicas de extrema derecha» es Luis Fernando Camacho, que pertenece a una de las familias de empresarios que se vieron afectadas por el proceso de nacionalizaciones llevadas a cabo por Evo Morales.

 

«La oligarquía boliviana y los grandes intereses del imperialismo de EE.UU.» quieren «recuperar el control» de recursos naturales del país como el gas, el litio, entre otros, señaló.

 

Bolivia vive sumida en una crisis política desde que el presidente Evo Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera presentaran su renuncia este domingo, tras una ola de dimisiones dentro de su Gobierno y en medio de protestas que estallaron tras las elecciones del pasado 20 de octubre, cuando el candidato opositor Carlos Mesa, junto a organizaciones sociales, denunciaron supuesto fraude en el recuento de los votos, si bien no han presentado pruebas.

 

Horas antes de su renuncia, Morales convocó nuevas elecciones nacionales, en conformidad con las sugerencias de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y con el ánimo de buscar «la paz en Bolivia». Sin embargo, la propuesta fue rechazada por su rival en las pasadas presidenciales, Carlos Mesa, que instó a los grupos opositores a mantener movilizaciones en las calles hasta que se aceptara celebrar elecciones sin participación de Morales ni de García Linera.

 

(RT)