En Bolivia se escribió un capítulo más en la historia de las injusticias cometidas contra los pueblos aborígenes de América Latina. Un golpe de Estado contra el primer presidente indígena, Evo Morales, que ya ha dejado más de una veintena de fallecidos, desaparecidos, y mujeres abusadas, por las fuerzas policiales y militares que reprimen a quienes no aceptan la instauración de una presidenta autoproclamada.

 

Sobre las causas de estos hechos, la periodista María Alejandra Aguirre realiza un análisis y pone en evidencia los argumentos que demuestran lo que las corporaciones mediáticas niegan: una masacre contra el pueblo indígena con la anuencia de un sector radical de raíces neonazis cuyos intereses económicos están centrados en recursos naturales como el gas, el agua y el litio. Sobre este último, Bolivia posee las más grandes reservas del mundo.

 

Aguirre, centra su análisis en la dimensión racista de este golpe “un racismo liderado por minoritarios grupos de poder. Un legado de más de 200 años, originario del Virreinato del Perú. La más alta élite del coloniaje latinoamericano que no consiguió argumentos económicos, sociales, ni políticos para derrocar con razones el proyecto del líder indígena”, asegura.

 

“Morales ganó la reelección por más de 600,000 votos, el 20 de octubre, lo que le dio un poco más del 10 por ciento de margen necesario para derrotar al candidato presidencial opositor en la primera vuelta, y aunque verdaderos expertos hicieron un análisis estadístico de los datos de votación públicamente disponibles, y no encontraron evidencia de irregularidades o fraude, la oposición afirmó lo contrario y comenzaron a amedrentar”, reseña la periodista.

 

En este capítulo de #LaPupila, se pregunta “¿Cuál será el desenlace?” y aunque “todo está por verse, el mensaje parece claro: los pueblos originarios de América latina no volverán a ser ni muertos ni esclavos. Como Tupac Katarí, volvieron hechos millones”.

 

(LaIguana.TV)