Un nuevo estudio asegura que la edad impacta en el genoma de los perros de una manera muy similar a como lo hace en el de los humanos.

 

Los científicos han analizado el genoma de 104 labradores retriever de entre un mes y 16 años de edad.

 

Olvídate de multiplicar por 7: el equipo propone una nueva fórmula mucho más exacta para calcular la ‘edad humana’ del perro.

 

Un grupo de científicos de la Universidad de California ha presentado una nueva aproximación al reloj epigenético de los perros, o lo que es lo mismo, cómo les afecta la edad. El resultado es una nueva fórmula para calcular con exactitud cuántos años tienen en comparación con los humanos.

 

Los estudios se han centrado en la metilación del ADN (por simplificar, la modificación química de segmentos del ADN) en los genomas de 104 labradores retrievers, todos con edades comprendidas entre las cuatro semanas y los 16 años. La primera conclusión llamativa es que envejecemos de forma muy similar, según aparece en las conclusiones del estudio publicadas en bioRxiv.

 

En humanos, la metilación del ADN puede revelar qué impacto tienen las enfermedades de la persona, su estilo de vida y su genética en la estructura del ADN. Con esta información, los científicos pueden crear el reloj epigenético, una herramienta muy útil para entender cómo envejecemos. Hasta ahora se había analizado la metilación del ADN en otros animales como ratones y lobos, y esta vez se ha puesto el foco en el mejor amigo del hombre.

 

Una de las conclusiones es que varias regiones del genoma humano y del genoma del labrador, en concreto algunas con alto grado de mutaciones, muestran resultados similares de metilación. Por eso las fases de la vida del perro se sincronizan con las nuestras: por ejemplo, los bebés y los cachorros empiezan a echar los dientes a una edad muy similar.

 

Da igual que tengas un pitbull, un corgi o un pastor alemán: tu mascota alcanzará la pubertad alrededor de los 10 meses y lo normal es que muera antes de cumplir los 20 (ya, qué pena escribir esto). En estudios previos ya se ha demostrado que la esperanza de vida de los perros se ve afectada por factores muy similares a la de los humanos, en concreto por enfermedades como el cáncer, la artritis o el deterioro cardiaco.

 

Vamos con lo práctico: el estudio deduce una nueva forma de calcular la ‘edad humana’ de los perros que es mucho más ajustada que multiplicar por siete, y también más compleja. Hay que multiplicar el logaritmo neperiano de la edad real del perro en años humanos por 16 y sumarle 31. Esta es la ecuación:

 

16 x ln(la edad del perro) + 31

 

Bien fácil, ¿verdad? Si no te acuerdas ni de dónde está el símbolo del logaritmo en tu calculadora, aquí tienes un conversor online que lo hace por ti.

 

¿Qué cambia? En edades adultas, la estimación se parece bastante a multiplicar por 7. Por ejemplo, si tu perro tiene 10 años, la edad humana resultante con esta fórmula es de 67,8 años. Pero en edades bajas, cambia radicalmente: un perro de 2 años tiene una edad humana de 42,1 años. Lo que significa que su reloj epigenético va mucho más rápido en sus primeros años pero disminuye su velocidad con el paso del tiempo.

 

El siguiente paso de este estudio es analizar otras razas de perro. En paralelo hay decenas de investigaciones para desentrañar los secretos del genoma canino.

 

(Men’s Health)