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“No es fácil entregar un hijo a un cuerpo policial. Mi hijo es un muchacho, un  niño, que lo embaucaron. Les llenan la cabeza de cuanto Dios creó y ellos son unos robots: camina por aquí y ellos van por ahí”, narró el padre de uno de los jóvenes reclutados para estar al frente en las manifestaciones de la oposición, que ya tienen más de 90 días y han cobrado la vida de un centenar de personas.

 

Argumenta que prefirió entregarlo a los efectivos de seguridad porque presentía que a su hijo “lo iban a matar”, porque ya lo tenían identificado. Además, darlo a las autoridades fue la vía que encontró para salvarlo de que consumiera drogas, según comentó en el material grabado por la periodista de teleSUR, Madelein García.

 

Este padecimiento, solo compartido con su esposa e hija a solas en una habitación, lo tiene desde que comenzaron las protestas opositoras. “A mí se me estaba escapando de las manos… Yo sabía que él andaba en esa broma… le decía, tú le haces más caso al extraño que a tu papá, que es el que te da el tamaño que tienes, la educación en 17 años que estás a mi lado y viene un carrizo de esos que yo ni siquiera lo conozco y en 60 días te cambió”.

 

Otra de las consecuencias de participar en estas protestas para este joven estudiante de 5to año de bachillerato fue que le quedaron 4 materias por aprobar en el liceo.

 

“Un día no muy lejano asistí a la institución a hablar con la directora para ver cómo iba mi hijo. Tenía 60 inasistencias, eso son 60 días de guarimba, lo peor es que no se preocupaban ni siquiera en llamarme. Ahora le quedan 4 materias, ya en 5to año saliendo”, contó este padre, quien es el reflejo de la otra cara de cómo se viven las protestas en algunos hogares venezolanos.

 

(LaIguana.TV)