El presidente de Colombia, Iván Duque, destituyó este viernes 27 de diciembre a su comandante  del Ejército al general Nicacio Martínez, cuestionado por la oposición y organizaciones internacionales por ejecuciones extrajudiciales de civiles por tropas bajo su mando.

 

“Hemos tenido una conversación profunda (…) y hemos tomado la decisión después de esta conversación para que el general Nicacio de Jesús Martínez deje la comandancia del ejército”, dijo Duque en una declaración en la presidencial Casa de Nariño.

 

Rodeado de la cúpula de la fuerza pública, entre ellos Martínez, el Mandatario aseguró que el general deja el cargo,  que  asumió en enero de 2019,  a su pedido por “motivos familiares”.

 

El general Eduardo Zapateiro será el nuevo jefe del ejército. El oficial lideró en 2008 la operación que resultó con la muerte del comandante de la disuelta guerrilla de las FARC Raúl Reyes en territorio ecuatoriano, que provocó tensiones diplomáticas con el entonces gobierno de Rafael Correa.

 

Ascendido a general de cuatro soles por el Senado en junio, Martínez es señalado por organizaciones internacionales como Human Rights Watch (HRW) de comandar una brigada investigada por asesinatos de civiles y vínculos con paramilitares de ultraderecha.

 

El alto oficial fue el segundo comandante entre 2004 y 2006 de la décima brigada del ejército, que opera en el norte del país.

 

Según HRW, la fiscalía colombiana ha abierto investigaciones sobre 23 ejecuciones extrajudiciales, conocidas en Colombia bajo el eufemismo de “falsos positivos”, perpetradas por soldados de esa unidad en 2005.

 

Además es investigado disciplinariamente desde mayo por la Procuraduría, que vigila a los funcionarios públicos, tras la publicación de un artículo ese mes del diario The New York Times que denunció incentivos dentro del ejército que pondrían en riesgo la vida de civiles.

 

“Se va Nicacio Martínez del ejército, nunca debió llegar a ese cargo, tiene muchas respuestas pendientes de cara al país”, escribió en Twitter la excongresista opositora Ángela María Robledo. 

 

Los “falsos positivos”, el mayor escándalo de las fuerzas militares en seis décadas de lucha contra grupos rebeldes, acabaron con la vida de al menos 2.248 personas en las últimas décadas.

 

El 59% de esas muertes ocurrió entre 2006 y 2008 bajo el gobierno del expresidente Álvaro Uribe, mentor de Duque.

 

Los militares engañaban a jóvenes para llevarlos lejos de sus hogares, asesinarlos y presentarlos como guerrilleros abatidos en combate. A cambio, los soldados recibían bonificaciones como dinero o días de descanso.

 

Alrededor de un millar de uniformados han sido condenados por estos hechos, según el ente investigador.

 

(AFP)