Un vibrador, dos kits de depilación y una lima eléctrica fueron los regalos que se les dieron, junto con los trofeos, a las cuatro ganadoras del Campeonato de Asturias de Squash celebrado los días 10 y 11 de mayo. «Nos quedamos en shock, impactadas e indignadas. Tengo 37 años y llevo compitiendo desde los ocho y nunca, en la vida, me habían regalado algo tan sexista. Lo habitual es material deportivo. El vibrador son palabras mayores… Para nosotras fue una sorpresa. Yo traté de esconder los regalos detrás del trofeo», reconoce Elisabeth Sadó, una de las cuatro jugadoras ganadoras y, además, coordinadora de coordinadora de la Comisión Squash y Mujeres de la Federación Asturiana. Los cuatro ganadores masculinos sólo recibieron el trofeo, no les acompañaba ningún regalo.

 

«Es una barbaridad y esto no puede volver a suceder. Llevo toda una carrera deportiva viviendo estas cosas a menor escala, pero esto ya no se puede tolerar. La recompensa a nuestros entrenamientos no puede ser ésta. Hace falta una Ley del Deporte que ayude a que esto no pase, a que si hay situaciones de discriminación por género haya algún tipo de infracción para que no vuelva a ocurrir, que sepan que hacer esto ya no es posible y que las leyes nos amparan», reflexiona Sadó.

 

La jugadora y coordinadora de la Comisión de la Mujer en la Federación Asturiana de Squash recuerda que lleva años viviendo micromachismos. «Premios desiguales, te dan uniformes de hombre, nos ponen a jugar a las mujeres en peores horarios que a ellos (a primera hora o a la de comer), en las pistas laterales en vez de en la central… Todo va sumando pero esto ya ha sido el colmo y por aquí no pasamos», insiste.

 

El partido fue el sábado 11 y las cuatro jugadoras se reunieron el lunes 13 y escribieron una carta a la Federación Asturiana de Squash explicando la situación y quejándose de la falta de respeto. «Devolvimos los obsequios por sexistas y por estar fuera de lugar», explica.

 

El Oviedo Squash pide disculpas pero no lo considera sexista

 

La Federación organizó una Junta Extraordinaria de urgencia en la que se reunieron los siete miembros de la Gestora -la presidenta dimitió hace unos meses- y tres de los miembros dimitieron, dos de ellos porque eran del Oviedo Squash, el club organizador del Campeonato y responsable de los regalos que se entregaron.

 

La Federación puso en conocimiento de la Comisión de Squash y Mujer la situación y, como Elisabeth Sadó era parte implicada, se remitió al Instituto Asturiano de la Mujer, en cuyas manos está ahora para que hagan la valoración y lo pusieron en conocimiento del Oviedo Squash, cuyo presidente Ignacio Manzano ha remitido esta mañana un email a la Federación pidiendo disculpas.

 

«Piden disculpas y explican que no consideran sexistas ni de mal gusto los regalo y dicen que no querían que sentasen mal a las jugadoras. Pero si no lo consideraban un regalo sexista, ¿por qué no se lo regalaron también a los hombres? El hecho de entregarlo sólo a las mujeres ya es sexista. La Federación les ha expresado su rechazo total y nuestro apoyo al cien por cien a las jugadoras. Los regalos son súper sexistas, sólo los entendería en una despedida de soltera entre amigas, no para un evento deportivo», dice Maribel Toyos, vocal de la Federación Asturiana de Squash.

 

«Nos quedamos impactados en cuanto lo supimos. Llevo 20 años en la Federación y nunca había visto nada igual. Esto no pude quedar impune. El regalo en sí es un menosprecio a las mujeres. Esto echa por tierra la lucha por la igualdad de los últimos 20 años. La primera competición con igual cuantía en premios para hombres y mujeres se hizo aquí, en Asturias, hace ya 15 años. Esto no se puede consentir, a mí no me vale una disculpa. En la Ley del Deporte actual no está contemplado pero sí en el anteproyecto de la nueva Ley. No queremos que se vayan de rositas pero, sobre todo, que no se vuelva a repetir», añade Toyos.

 

(Marca)

Los trofeos del campeonato junto con un vibrador, cera depilatoria y una lima eléctrica.

Maribel Toyos of the squash federation of Asturias and competition winner Elisabet Sadó pose with a trophy