El liderazgo y la fuerza demostrada por el presidente de la Asamblea Nacional (AN), Juan Guaidó, a principios de 2019 como cabeza del movimiento que buscaba propiciar un cambio de gobierno en Venezuela, ya están visiblemente amainados en el contexto de infinitos inconvenientes a los que se ha visto enfrentado.

 

Guaidó, quien en el génesis de su empeño expresaba con ahínco que haría cesar lo que califica como “usurpación del poder” por parte del presidente Nicolás Maduro, ahora reflexiona sobre cómo ha subestimado las capacidades del Ejecutivo Nacional que aún se mantiene en legítimas funciones.

 

Así, ha tenido que asumir que la lealtad de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) hacia el actual mandatario, misma que buscaron quebrantar, se mantiene firme y ello representa su obstáculo más representativo.

 

Cuando el año está a punto de finalizar, las cosas no pintan nada bien para el otrora jefe de la oposición, ya que el apoyo internacional que recibió con energía desde enero de 2019 y las sanciones impuestas por la Casa Blanca no han ocasionado el quiebre anhelado y necesario para materializar las ambiciones planteadas en el mantra por demás caduco.

 

Las marchas no tienen poder de convocatoria y Guaidó ya no es portada de los medios internacionales, a menos que sea para destacar su bajón de popularidad y la avalancha de corrupción que empaña tanto su reputación como la de los mandamases de la oposición extremista venezolana.

 

Ocaso del cargo en la AN

 

El 5 de enero de 2020 Juan Guaidó culmina el periodo como presidente de la AN y desde hace unos meses suena la discusión sobre su posible reemplazo, y es que una larga lista de señalamientos juegan en su contra.

 

Destaca, por lo reciente, la destitución arbitraria e inconsulta del que fuera su representante en Colombia, Humberto Calderón Berti, quien denunció irregularidades y manejo indebido (por parte de otros relacionados con el legislador) de ayuda humanitaria y fondos que habían sido prometidos a los venezolanos con dificultades para adquirir medicamentos y alimentos.

 

Corrupción, encubrimiento y traición

 

También, resalta la junta con los líderes del grupo paramilitar colombiano “Los Rastrojos” que operan en zona fronteriza y con quienes el parlamentario aparece posando en varias fotografías que le dieron la vuelta al mundo.

 

Por si fuera poco, recientemente se tuvo conocimiento de la participación en un oscuro entramado de encubrimiento por parte de nueve diputados, entre ellos cinco integrantes de la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional y todos miembros de las toldas políticas opositoras más extremistas: Voluntad PopularPrimero Justicia y Un Nuevo Tiempo.

 

Eso sin contar que desde centros de detención de migrantes en Estados Unidos salieron a la luz varios reclamos realizados por militares desertores de la FANB que rechazan que quienes les prometieron protección se hayan desentendido de sus casos. De ese modo resalta el caso del mayor Hugo Parra Martínez, que acudió a solicitar asilo en la nación norteamericana y en respuesta fue apresado por estar indocumentado. Parra Martínez entre enero y febrero del año en curso demostró su compromiso con la causa de sublevación pero ahora declara en tono de lamentación: “Caí en un saco y estoy en el fondo. Perdí todo: mi familia, mi casa. Lo que hice no valió nada. No veo una salida”.

 

La estrella se apagó

 

Para Guaidó, los augurios no son positivos de cara al 2020. Quien en un principio no temía ser detenido por el gobierno nacional gracias a que contaba de manera incondicional con el respaldo internacional y era movido por la euforia que le generaba la popularidad que nació muerta, debe admitir ahora que cometió el error de poner en menos a su adversario y reconocer que su estrella ya se apagó.

 

(Globovision)