La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, ha publicado un artículo en el que alerta sobre la necesidad de atender el problema de la desigualdad en el ámbito de la economía global, y en el que defiende, entre otras medidas, una reforma fiscal que incluya una subida de impuestos «en lo más alto de la distribución de ingresos».

 

Georgieva asegura en su escrito, titulado ‘Reducir la desigualdad para crear oportunidad’ y disponible en la web del FMI, que «pese a las dificultades políticas de aplicar reformas, sus resultados en crecimiento y productividad merecen la pena».

 

En este sentido, la directora gerente afirma que «la desigualdad de oportunidades, entre generaciones, entre mujeres y hombres y, por supuesto, la desigualdad de renta y riqueza» constituyen una realidad que afecta a diversas regiones del mundo y suponen uno de los «desafíos más problemáticos en la economía global». «La buena noticia es que tenemos herramientas para afrontar estos problemas, siempre que tengamos voluntad de hacerlo», asegura Georgieva.

 

La máxima responsable del FMI se muestra a su vez convencida de que una eventual subida de impuestos a las rentas más altas puede llevarse a cabo «sin sacrificar el crecimiento económico», y como parte de una reforma fiscal más amplia, centrada en la progresividad, en la lucha contra la corrupción y en la dedicación del gasto social a la búsqueda de soluciones en los distintos focos de desigualdad.

 

El planteamiento expresado en el texto de Georgieva sugiere un llamativo cambio de postura por parte del FMI, que durante la última década ha respaldado abiertamente estrategias económicas basadas en la austeridad y en los recortes presupuestarios –con especial incidencia en el gasto social– en los países más afectados por la recesión económica.

 

En cualquier caso, aunque esta sugerencia de incrementar el gasto social como medida para combatir la desigualdad puede considerarse una novedad, su propuesta de subir los impuestos a las rentas más altas sí tiene al menos un precedente: su director de Asuntos Monetarios, el portugués Vítor Gaspar, ya sostuvo esta postura en 2017, refiriéndose a ese incremento de la presión fiscal a las más ricos como un «componente clave para una redistribución más eficaz» de la riqueza, remarcando también entonces que la medida no reduciría el crecimiento.

 

(RT)