El asesinato del general Soleimani y el ataque con misiles de Teherán contra bases estadounidenses hicieron al mundo contener la respiración en los últimos días. Diversos expertos han analizado el posible desarrollo de las relaciones entre ambas naciones.

 

Las tensiones entre Irán y EE.UU. se dispararon desde el 2 de enero, cuando 12 personas, entre ellas el destacado general iraní Qassem Soleimani, murieron en un ataque aéreo estadounidense contra el aeropuerto de Bagdad.

 

En los días siguientes, Washington y Teherán intercambiaron diversas amenazas, hasta que, en respuesta al asesinato de Soleimani, Irán lanzó el 8 de enero decenas de misiles balísticos de corto alcance contra dos bases aéreas iraquíes que albergan tropas estadounidenses. Según los norteamericanos, ninguno de sus efectivos resultó herido como resultado del ataque, que solo produjo daños materiales.

 

Después de esta acción, Trump declaró que EE.UU. continuará ejerciendo «la máxima presión» sobre Irán imponiéndole «sanciones económicas adicionales», mientras que desde el país persa calificaron de «inconcebible» la llamada del mandatario a cooperar después de anunciar nuevas sanciones.

 

En este contexto, mucha gente se pregunta: ¿pueden las acciones de EE.UU. e Irán desencadenar una guerra entre los dos países?

 

EE.UU. e Irán se pararon «cerca del borde del abismo»

 

Según opina el jefe del Comité de Asuntos Internacionales de la Cámara Alta del Parlamento de Rusia, Konstantín Kosachev, Irán y EE.UU. lograron «pararse cerca del borde del abismo y romper el círculo mutuo de acusaciones de agresión», por lo que no habrá guerra «ni nuclear ni híbrida» entre ambos países en un futuro cercano.

 

«Lo más importante es que ocurrió una «reducción a cero» de reclamaciones cuando cada una de las partes se consideró ganadora, cada una dejó su «última palabra» y anunció que sus acciones posteriores fueron una «respuesta forzada y proporcional» a las acciones del oponente», destaca el político ruso.

 

Además, el senador considera que Teherán «se comportó de manera extremadamente civilizada y no sucumbió a la tentación de transformar la ira popular en una guerra de guerrillas» tras el asesinato del general Soleimani a manos del Pentágono. El pasado miércoles, el Ejército iraní atacó con misiles dos bases aéreas en Irak, la de Al Asad y la de Erbil, que albergan efectivos militares estadounidenses. Los ataques provocaron daños en las instalaciones sin provocar víctimas.

 

EE.UU. no necesita una guerra con Irán

 

 

A su vez, Paulo Casaca, experto sobre Irán y director del Foro Democrático del Sur de Asia, con sede en Bruselas, destaca que el bombardeo iraní fue más simbólico que estratégico, según recoge Deutsche Welle. Según él, Washington y Teherán no pueden permitirse ir a la guerra en Oriente Medio «incluso si ambas partes toman grandes riesgos para salvar la cara».

 

Casaca agrega que el ataque con misiles de Irán fue un intento de presentarse a sí mismo como una «nación normal y civilizada» a través de esta respuesta a la ofensiva estadounidense. Según el experto, al evitar realizar un golpe directo contra tropas estadounidenses, Teherán ha abierto la puerta a una reducción de hostilidades.

 

Asimismo, el director del centro científico Roosevelt de la Universidad Estatal de Moscú, Yuri Rogulev, tampoco cree que vaya a estallar una guerra entre ambos países, publica RIA Novosti.

 

«Quedó claro desde el principio que EE.UU. no necesita una guerra con Irán. Irán no es un país pequeño y tiene poderosas fuerzas armadas, aviación, marina, misiles. No es una corta caminata», explica.

 

Después del bombardeo contra las dos bases estadounidenses, el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Javad Zarif, destacó que su país «adoptó y ejecutó medidas proporcionales en defensa propia, en virtud del Artículo 51 de la Carta de la ONU, al atacar la base desde la cual se lanzó el cobarde ataque armado contra nuestros ciudadanos y altos funcionarios». Asimismo, el canciller subrayó que Teherán «no busca una escalada o guerra», pero «se defenderá de cualquier agresión».

 

Por su parte, Konstantín Kosachev afirma que «las posiciones de EE.UU. en la región se han visto sacudidas» después de los últimos acontecimientos. Según el experto, ello queda demostrado por la consolidación de la sociedad iraní, así como por la decisión del Parlamento iraquí de expulsar a todos los militares extranjeros de su territorio, «la ausencia de un respaldo unánime de los aliados de la OTAN y la reducción de su propia actividad en la región».

 

«Un nuevo juego está comenzando»

 

De acuerdo con Kosachev, «está comenzando un nuevo juego que es mejor que los nuevos ataques aéreos y los ataques contra las embajadas».

 

«Una parte separada de este juego es el acuerdo nuclear, que Washington intentará resucitar en sus propios términos, aunque desde el momento actual Teherán ciertamente no cederá sus condiciones bajo ninguna circunstancia», apunta el senador ruso.

 

Asimismo, enfatiza que Irán no es un Estado terrorista, sino un país que actúa en defensa propia, «algo que se ha confirmado completamente en esta situación sumamente crítica», defiende.

 

El político compara el conflicto entre EE.UU. e Irán con un terremoto «tanto por la sorpresa de lo ocurrido como por la imprevisibilidad de las consecuencias». Al mismo tiempo, expresa su confianza en que «no habrá réplicas en el futuro cercano», lo cual describe como «definitivamente una buena noticia».

 

Perspectivas de desarrollo de la situación

 

EE.UU. e Irán lograron alejar la posibilidad de una confrontación militar directa, pero al mismo tiempo las partes no llegaron a ningún acuerdo, tampoco en el marco del pacto nuclear iraní, por lo que «las tensiones no van a desaparecer» en el futuro desarrollo de la situación, vaticina Yuri Rogulev.

 

«El acuerdo nuclear con Irán fue dañado y EE.UU. continúa presionando para un nuevo acuerdo, así que la tensión no va a desaparecer», concuerda por su parte Rogulev.

 

Después del asesinato del general Soleimani y amenazas por parte de EE.UU., el 5 de enero Irán anunció que reducirá aún más sus compromisos en el marco del acuerdo nuclear de 2015, pero continuará cooperando con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Al mismo tiempo, Teherán subrayó que volverá a cumplir el pacto solo a condición de que EE.UU. levante las sanciones en su contra. No obstante, Irán ha comenzado una reducción de sus obligaciones como respuesta a la retirada unilateral de Washington en mayo de 2018 y la imposición de sanciones norteamericanas.

 

Por su parte, Trump anunció este miércoles «sanciones económicas adicionales» con carácter inmediato contra Irán e instó a Reino Unido, Francia, Alemania, China y Rusia a romper el acuerdo nuclear alcanzado en 2015 con Teherán, al que —según dijo— EE.UU. «ha donado mucho dinero», El objetivo del mandatario es renegociar un nuevo pacto.

 

(RT)