Eso es lo que el hasta hoy embajador de Colombia en Washington le deja claro al presidente en su carta de renuncia, pues dice que quiere hablar con “libertad”.

 

“Pienso que ha llegado para mí, el momento de recuperar la posibilidad de opinar con libertad sobre la interesante y desafiante coyuntura que está viviendo nuestro país y que reclama plena franqueza”, dice Francisco Santos en una parte de su escrito, y agrega que su deseo es seguir luchando “por las ideas democráticas y por la verdad”.

 

Sobre este párrafo, la periodista Vicky Dávila comentó (minuto 19) que, para ella, es un vainazo que el diplomático le manda al presidente Iván Duque, ya que en una frase anterior Santos rechazó los “ofrecimientos” que le hizo el jefe de Estado para seguir trabajando con su gobierno.

 

“Una, que no le acepta un nuevo puesto en el Gobierno. Y dos, la pulla, que me parece que es una pulla, cuando le habla de lealtad y le dice que quiere opinar, que quiere hablar con franqueza”, acotó la periodista, en su programa en Semana.

 

Este mensaje de Pacho Santos también lo recogió su hijo, Pedro, en un mensaje en Twitter, en el que resaltó en mayúsculas las palabras libertad, franqueza y verdad. De ahí que varios seguidores le preguntaran si acaso lo habían censurado en sus opiniones.

 

Una respuesta a este interrogante la podría dar El País de España, que en un análisis a la renuncia de Santos concluyó que las declaraciones que se filtraron le podrían haber pasado factura al diplomático.

 

Esto, dice el diario, porque precisamente el embajador fue grabado en una charla que se suponía era privada con la entrante canciller Claudia Blum, con quien “critican a destajo la labor del hasta entonces canciller Carlos Holmes Trujillo, así como la estrategia de la oposición venezolana liderada por Juan Guaidó y a la administración de Donald Trump”.

 

“En su carta deja entrever que aquella salida en falso le pasó factura”, dice el medio español, que sustenta su hipótesis en que “Duque, como ya lo había hecho Uribe en su mandato, ha fijado en Washington el eje de su política exterior”.

 

A esta conclusión, El País le suma otro ingrediente, y es que como el presidente Duque “atraviesa una profunda crisis de popularidad y una oposición al alza luego de la oleada de protestas”, la estrategia para este 2020 es abrir la puerta de su gobierno para la llegada de “otras fuerzas políticas que le han sido adversas, distintas del uribismo”.

 

(Pulzo) 

https://twitter.com/PedroSantosG/status/1218235317691527170