Australia es presa de las llamas desde hace semanas. Una situación de emergencia que se ha intensificado con una tormenta de polvo, que ha envuelto las ciudades de Dubbo y Parkes, en el centro de Nueva Gales del Sur. Dramático, pero no peligroso.

 

No obstante, en otra parte, lluvias torrenciales, tormentas y granizos del tamaño de una pelota de golf azotan la capital, Canberra, y la ciudad de Melbourne, mientras que fuertes lluvias también se ciernen sobre algunas zonas de Nueva Gales del Sur y Queensland. Los servicios de emergencia pidieron a la población que “retire los vehículos que están estacionados en la calle, y los aleje de los árboles y de los cables eléctricos”.

 

Desde el pasado mes de septiembre, Australia experimenta la peor temporada de incendios en su historia. Una gravísima ola de calor ha provocado que los fuegos iniciados devoraran más de 10 millones de hectáreas, destruyeran más de 2 mil viviendas y perecieran unas treinta personas y mil millones de animales.

 

Desde que se desataran las llamas, el número de reservas para visitar Australia ha caído entre un 10 y un 20 %. Varios expertos auguran que el país experimentará pérdidas de miles de millones de dólares procedentes del turismo.

 

Al Gobierno conservador de Australia le llueven las críticas por su respuesta a los incendios y el cambio climático, que, según los científicos, es una de las principales causas de la crisis.

 

(HispanTV)