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La violencia opositora vuelve a hacer de las suyas, pero esta vez no en las calles, sino a una modesta familia venezolana, a la cual sin piedad y con el mayor de los odios le destrozaron y quemaron su vivienda, porque simplemente sus integrantes son seguidores del proceso revolucionario.

 

Mientras en las afueras los guarimberos sonaban las cacerolas, como muestra de alegría, la consternada mujer, madre de siete niños y víctima del terrorismo, desde el interior de su casa lloraba sin cesar, al ver que sus bienes fueron destrozados. “Me quemaron la casa”, gemía con profundo dolor la señora.

 

¿Acaso ser chavista justifica la arremetida que sufrió esta familia? Saque sus conclusiones. 

 

(LaIguana.TV)