La intervención en el Foro de Davos del autoproclamado presidente interino, Juan Guaidó, estuvo plagada de imprecisiones, desaciertos e incluso, flagrantes mentiras.

 

El político opositor resaltó con orgullo que era “el primer presidente encargado en hablar aquí después de 28 años”, refiriéndose a la intervención que hiciera el expresamente Carlos Andrés Pérez en ese escenario durante los días inmediatamente previos a “El Caracazo”.

 

Guaidó, quien en 1989 tenía 9 años, se refirió a la democracia venezolana –que, para entonces contaba con 34 años de existencia formal– como una “democracia incipiente”. Por si ello no bastara, resaltó que esa misma democracia “incipiente” tenía errores, estaba en construcción, pero tenía “visión de futuro” y había “respeto a los derechos humanos (…) no se perseguía, como hoy, en en este momento en Venezuela, que mientras estoy aquí, diputados están siendo secuestrados , encarcelados por mi presencia aquí. Cada 5 años se elegía un presidente (…)”.

 

De lo anterior, acaso lo único cierto es que cada 5 años se elegía un presidente. Por un lado, el historial de represión y violaciones a los derechos humanos por parte del Estado venezolano entre 1958 y 1999 está suficientemente documentado como para desmentir sin ambagajes al diputado opositor. Más todavía: en 1989, el gobierno de Carlos Andrés Pérez reprimió con fuerza El Caracazo y la cifra de desaparecidos que manejan distintas organizaciones de víctimas, oscila entre las 2.000 y las 3.500 personas.

 

Tampoco es cierto que el viaje de Guaidó haya derivado en “secuestros” a diputados afectos a su causa. Y aunque sobre él pesa una orden de prohibición de salida del país desde el pasado año, las instancias judiciales del gobierno venezolano no han adelantado ninguna acción legal en su contra.

 

Sus comentarios al referirse a la población venezolana desperdigada por el mundo tampoco fueron certeros, tanto en relación con el uso de los términos, como a la cifra oficial de migrantes. Sobre lo primero, afirmó que “son 5,5 millones de migrantes hoy en Venezuela. Refugiados buscando oportunidades que un régimen les negó.”, manifestando su ignorancia entre un migrante y un refugiado, y contradiciendo la información difundida por la ONU, según la cual habrían “huido” de Venezuela 2,3 millones de personas.

 

En esa línea, el expresidente de la Asamblea Nacional agregó que miles de “venezolanos que caminan de Caracas a Lima, que es como caminar de Madrid a Helsinski (sic)” y que hay “un millón de niños huérfanos en Venezuela, con padres en otros países para tratar de mandar sustento.”

 

El dirigente de la oposición no sólo ignora que la capital finlandesa es Helsinki y no “Helsinski”, sino que para que un niño sea huérfano, al menos uno de sus progenitores debe haber fallecido.

 

Asimismo, cuando mencionó la solidaridad de los países vecinos para con los migrantes venezolanos, Guaidó apeló a que, otrora, a nuestra nación “llegaron cientos de miles de migrantes (…), de todos los países de Latinoamérica” y se refirió al gobierno colombiano como uno “que se para de frente en contra de las injusticias”, al tiempo que calificó a Iván Duque como “amigo y hermano”.

 

De nuevo o bien la información que maneja el autoproclamado “presidente interino” es inadecuada o miente flagrantemente. Por una parte, las imágenes de la actuación represiva del Estado colombiano frente a las protestas de los últimos meses contra el gobierno de Duque, le han dado la vuelta al mundo y han encabezado titulares de un sinnúmero de medios; por otro, parece no recordar que, según cifras del gobierno venezolano, en 2018, el 29% de la población que reside en Venezuela corresponde a migrantes, de los cuales, la mayoría –5.600.000– corresponde a colombianos que han hiedo de la violencia que azota al vecino país desde hace más de 50 años.

 

Como colofón, aún cuando el parlamentario afirmó que todas sus acciones han sido para “proteger a Venezuela”, bástese con recordar el intercambio telefónico entre Vanessa Neumann, representante designada por Guaidó ante el gobierno de Reino Unido, y Manuel Avendaño, Coordinador de Relaciones Internacionales del partido Voluntad Popular en relación con el tema del Esequibo, en el que se devela que la “línea oficial” manejada por la oposición extremista es “agarrar el Esequibo de Guyana” y que tales planes anteceden al “ascenso al poder” de Guaidó.

 

En aquella ocasión, Neumann confesó que durante su primera reunión con el Grupo de Lima, también había conversado con el “High Commisioner” de Guyana, quien –según ella– se le acercó para “saber cual es el posicionamiento de Juan Guaidó al respecto de Guyana”, a lo que ella respondió: “Drop the topic”, es mi línea. La expresión quiere decir “dejemos ese tema” puesto que estaba claro que el Grupo de Lima no les apoyaría en esa posición.

 

(LaIguana.TV)