El escritor y oncólogo que trató a Steve Jobs de cáncer, David Agus, ha explicado a la edición rusa de Forbes Life por qué no pudo salvar al fundador de Apple.

 

Jobs falleció a los 56 años en su casa de California el 5 de octubre del año 2011 a consecuencia de un paro respiratorio, derivado de las metástasis del cáncer de páncreas que le fue diagnosticado en 2004.

 

Según el médico, aunque Jobs tenía todas las oportunidades de obtener el mejor tratamiento en ese momento, hubo «dos puntos esenciales» que no permitieron la recuperación completa del empresario.

 

«En primer lugar, la prevención. Steve nunca ha estado involucrado en la prevención», lamentó Agus, que asegura que el método más simple para prevenir las enfermedades oncológicas es tomar aspirina diariamente.

 

«Está comprobado que si toma una dosis baja de aspirina (75 mg.) al día, el riesgo de desarrollar oncología se reduce en un 30%, el riesgo de cáncer de pulmón, colon y próstata se reduce en un 46%. La prevención y los exámenes regulares están disponibles para casi todos, independientemente de su nivel de vida», destacó Agus.

 

Tratamiento equivocado

 

El segundo error de Jobs, de acuerdo con el médico, fue su rechazo de la cirugía a favor de otro método de tratamiento. Agus contó que Steve recurrió a sus servicios demasiado tarde.

 

«Los médicos a los que se había dirigido antes estaban equivocados: recomendaron terapia nutricional en lugar de cirugía, y el cáncer se propagó por todo el cuerpo», apuntó.

 

«Fue un error. Steve tenía el talento de escuchar su cuerpo y sabía lo que quería. Pero él no es médico. Y al comienzo de la lucha contra el cáncer, tomó la decisión equivocada: rechazó la operación, lo que, probablemente podría haberle salvado la vida», concluyó el oncólogo.

 

(RT)