Muchos dirigentes y analistas opositores rebosan euforia por los logros de la larga gira internacional de Juan Guaidó. Pero no todos están en esa frecuencia. Algunos dudan de que los impactos mediáticos alcanzados se traduzcan en resultados reales, en particular de cara a las elecciones parlamentarias, las únicas pautadas hasta ahora para este año. Tres de ellos, el activista Enrique Ochoa Antich y los analistas Carlos Raúl Hernández y Manuel Isidro Molina, expresaron sus opiniones en exclusiva para LaIguana.TV.

 

Enrique Ochoa Antich,  promotor de los grupos que proponen un referendo consultivo para adelantar unas elecciones generales que relegitimen todos los poderes, le puso comillas a la palabra espaldarazo, al comentar el recibimiento dado por Trump a Guaidó durante el discurso anual ante el Congreso y en la Casa Blanca.  «Este ‘espaldarazo’ supuesto de Trump a Guaidó no cambia nada. Hace rato que sabemos que esta oposición extremista tiene su dirección política en el Departamento de Estado», dijo.

 

Ochoa Antich aprovechó la coyuntura para proseguir en su empeño de despejar un terreno en medio de la intensa polarización política. «Es dolorosa la intromisión en nuestros asuntos internos que propician el gobierno y la oposición, convirtiendo a Venezuela en un peón en el ajedrez geopolítico mundial -expresó-. Nuestra consigna debe ser ‘ni rusos ni gringos, ni cachacos ni cubiches’. Los problemas de Venezuela deben ser resueltos por los venezolanos. Hace falta una opción política que reivindique a plenitud nuestra soberanía y que no acepte injerencias ni tutelajes de ningún signo».

 

Por su parte, el analista Carlos Raúl Hernández hizo un balance auspicioso para Guaidó, aunque con serias reservas acerca de lo que ello puede significar para la oposición en su conjunto.

 

«La gira de Guaido ha sido exitosa. Se reunió con  mandatarios de los cuatro países más poderosos. Y específicamente el recibimiento de  Donald Trump ha sido excepcional, sobre todo después del estremecimiento que causó su foto en pleno swing (jugando golf) mientras se producía la concentración en Florida, lo que pareció un desplante -puntualizó el articulista de El Universal-. Pero si ese éxito no tiene  correspondencia con fenómenos políticos reales podría ser dentro de poco un recuerdo glorioso».

 

Para Hernández, un fenómeno político real son las elecciones parlamentarias que están pautadas y es hacia allá donde tendrían que dirigirse los esfuerzos. «Si no es para usarlo como proyectil electoral ¿para qué sirve el efecto de la gira? Hay razones para pensar que no habrá elecciones presidenciales este año y, por lo tanto, cualquier esfuerzo en ese sentido no luce muy fructífero».

 

«Parecen evidentes dos cosas -prosiguió el politólogo-: la primera es que Trump usa el caso venezolano como parte importante de su campaña en Florida y este despliegue lo favorece para tal objetivo. A Guaidó, por su parte, igualmente le favorecen acciones como estas porque ha construido una maquinaria burocrática de funcionarios en muchos países, que necesita financiamiento. También es posible que esta orientación escogida por Guaidó para su proyección, estimule la abstención en las parlamentarias, lo que será un gran respiro para el gobierno. Parece que estas operaciones son de ganar-ganar para estos tres factores».

 

Finalmente, el periodista y analista político Manuel Isidro Molina, expresó que en el último tramo de la gira «ha quedado demostrado el interés de Donald Trump en apuntalar a Guaidó, dados su alicaído liderazgo en Venezuela y las fracturas irreversibles en la oposición venezolana».

 

«Queda por verse cómo Trump hará para mejorar la imagen y el liderazgo real de Guaidó en Venezuela, después del manifiesto apoyo bipartidista al dirigente político, vitoreado en el Congreso estadounidense y recibido por su mentor en la Casa Blanca -subrayó Molina-. La gira europea fue bastante mediana, a pesar de las reuniones con el primer ministro inglés y el presidente francés, igual que ocurrió con el primer ministro canadiense. Nada nuevo o importante sucedió».

 

El periodista añadió que si bien, «el potente mensaje de Trump y la efusividad bipartidista en el Congreso», son mensajes de poca influencia en Venezuela, se constituyen en cambio en «un estímulo impositivo para los aliados de Trump en los 58 gobiernos que junto con Washington reconocen a Guaidó como ‘presidente encargado’ de Venezuela, bajo coacción gringa».

 

En su opinión, «los integrantes del Grupo de Lima y otros gobiernos subalternos de Washington en América Latina y el Caribe, recibieron una orden imperial, fuertemente coactiva y casi inevadible. Cercarán más al gobierno del presidente Nicolás Maduro, como ocurrió con el de Fidel Castro en 1961».

 

Para Molina, esa presión redoblada por órdenes de Washington «acelerará el viraje de Miraflores hacia el eje euro-asiático al cual está atado Maduro, con China, Rusia, India y Turquía como grandes aliados políticos, económicos, comerciales, militares, científicos y tecnológicos, hasta un punto de no retorno».

 

En términos matemáticos, el nuevo impulso de Trump no modifica el cuadro global, de acuerdo con las cuentas que saca el comunicador. «Restando los 59 países que dijo Trump respaldan al inexistente ‘gobierno del presidente encargado’ autoproclamado, quedan 132 cuyos gobiernos reconocen de hecho y de derecho a Nicolás Maduro, presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Entre ellos, los de naciones tan importantes como Argentina, México y casi todas las integrantes de la OPEP. Además, formalmente, la Unión Europea mantiene sus relaciones diplomáticas con Caracas, igual que lo hacen la ONU, el Grupo BRICS, los No Alineados y el Grupo de los 77+China».

 

¿Y qué pasará con la política doméstica venezolana?  Según este analista, cambiará poco a pesar del reimpulso estridente de la conocida línea dura de Trump contra los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela». Molina acotó que, además, estos tres gobiernos enfrentan esa línea coordinadamente, junto con los movimientos políticos y sociales y el Foro de Sao Paulo, tan estigmatizado por la derecha latinoamericana».

 

(Clodovaldo Hernández / LaIguana.TV)