Este jueves, durante la audiencia ante las autoridades venezolanas celebrada en el Palacio de Justicia, la exsenadora colombiana Aída Merlano, actualmente procesada por usurpación de identidad y asociación para delinquir, aseguró que había sido testigo de la entrega de altas sumas de dinero durante las campañas presidenciales en Colombia, como la del expresidente Álvaro Uribe Vélez, según difundieron distintos medios de comunicación a través de las redes sociales. 

 

En el mismo orden de ideas, Merlano afirmó que la compra de votos era un modus operandi habitual dentro del senado para hacerse con los curules y que esa práctica era del dominio público dentro de Colombia, con lo cual, “los verdaderos corruptos” estarían tranquilos en sus casas; ello en ocasión de que, todavía en Colombia, se quejó en repetidas de no haber tenido un juicio justo por las acusaciones de corrupción electoral, por las que fue condenada a 15 años de cárcel en el vecino país. 

 

Estas declaraciones hacen que cobre fuerza la hipótesis sostenida por diversos analistas desde la captura de Merlano, según la cual, de revelarse los secretos que ella conoce, se produciría una verdadera hecatombe dentro de la clase política colombiana, empezando por el propio Iván Duque, colaborador estrecho de Uribe. 

 

Incluso, resulta aún más desafortunado que sea justamente el gobierno de Nicolás Maduro, en cuyo derrocamiento se ha empleado a fondo a Duque, haya sido quien capturó a la excongresista evadida, pues al facilitar el acceso de la prensa a la audiencia de Aída Merlano, es claro que se aprovechará la ocasión de arrancarle la careta a la falsa democracia colombiana, que hoy se cree en el derecho de acusar a un gobierno legítimo de dictadura. 

 

(LaIguana.TV)