Un gesto tan bonito y emocionante para un niño como salir de la mano de su ídolo antes de un partido de fútbol es objeto de polémica e indignación en la Premier. La revelación del Telegraph, que ha publicado los altísimos precios que algunos clubes cobran por convertir a los chavales en ‘mascots’, como se les llama en Inglaterra, ha generado muchas críticas.

 

«Se está convirtiendo en un privilegio para los más favorecidos, algo que va completamente en contra de las raíces de clase trabajadora del juego», ha declarado Julian Knight, nuevo director del Comité Digital, Cultura, Medios y Deportes de la Cámara de los Comunes.

 

Malcolm Clark, representante de la Asociación de Aficionados de Fútbol, también ha levantado la voz: «Muchos clubes donan sus taquillas para asuntos benéficos, pero suena un poco irónico que esa caridad a menudo beneficie a comunidades deprimidas, precisamente a las que luego impide con sus altos precios ser mascota».

 

Los clubes sacan un beneficio de más de medio millón de libras al año con la recaudación de este tipo de pagos, con algunos equipos cobrando más por permitir a un niño acompañar a los futbolistas en su salida al campo que lo que cuesta un abono infantil de temporada.

 

(Marca)