El embajador de Francia en Venezuela, Romain Nadal, luego de recibir a Juan Guaidó en el aeropuerto internacional Simón Bolívar de Maiqueteía, en La Guaira, ahora intenta desmarcarse de las acusaciones de injerencia en los asuntos internos de Venezuela.
En el caso específico del embajador Nadal, la cancillería venezolana envió una nota de protesta para denunciar sus actos y complicidad con Guaidó, referenciado como un extremista de derecha que participa en un plan sedicioso contra el país, promueve el bloqueo diplomático, comercial y total contra la población e intenta crear un Estado paralelo con el apoyo de Estados Unidos y otros países.
“Se ha zanjado, no estaba solo, estaba la delegada de la Unión Europea (Isabel Brilhante Pedrosa), la representante de Rumanía (Claudia Tușa) y Polonia (Milena Łukasiewicz), y un número respetuoso de diplomáticos, no hicimos declaraciones, fue de manera discreta para evitar tensión y violencia”, dijo a Unión Radio.
“Fui al aeropuerto como todo diplomático puede hacerlo, estuve con otros jefes diplomáticos para evitar que hubiese violencia entre los venezolanos”, subrayó.
“La diplomacia es hablar con todos los responsables políticos venezolanos y convencerlos de que una negociación es posible, sin injerencia, pero creemos en el futuro del país”, dijo.
Nadal no muestra temor ante la posibilidad de que el gobierno tome la decisión de expulsarlo, porque el “miedo es incompatible con la diplomacia”. “Yo no ingresé a la diplomacia francesa para ser un cobarde (…) Un diplomático siempre debe tener su maleta lista”.
A pesar de que la aerolínea TAP no cumplió con los debidos procesos para ingresar pasajeros a su vuelo, en el caso del traslado de Guaidó, Nadal defiende a la empresa y dice que la suspensión temporal de las operaciones de la aerolínea portuguesa no complace a Francia; por el contrario, cree que a esta empresa se le debe permitir trabajar.
Ese día Guaidó recibió un amplio rechazo popular tras salir de las instalaciones del aeropuerto internacional de Maiquetía en La Guaira, un repudio generalizado por ser el principal promotor de la aplicación de medidas coercitivas contra Venezuela, calificadas por Estados Unidos y la Unión Europea como «sanciones».
Por ese motivo, un grupo de trabajadores de la aerolínea Conviasa, «sancionada» por Estados Unidos, así como ciudadanía que se acercó a la terminal aeroportuaria, reclamaron con bastante indignación a Guaidó y a los que estaban cerca de él por actuar en contra del país y calificarlo como traidor a la patria.
Para que la esposa de Guaidó, Fabiana Rosales, no se enfrentara directamente a estos reclamos, varios diplomáticos -entre ellos dos embajadores, dos encargadas de negocios y la jefa de la delegación de la Unión Europea junto con su personal de seguridad- fueron hasta el aeropuerto y buscaron personalmente a Rosales.
Los embajadores encargados de servir como escoltas de Rosales fueron: Romain Nadal, Embajador de Francia en Venezuela; y Norbert Braakhuis, Embajador de Países Bajos en Venezuela.
Además estuvieron Claudia Tușa, Encargada de Negocios de la Embajada de Rumania en Venezuela; Milena Łukasiewicz, Encargada de Negocios de la Embajada de Polonia en Venezuela; e Isabel Brilhante Pedrosa, Jefa de Delegación de la Unión Europea en Venezuela.