El medio BBC Mundo recogió el testimonio de varios venezolanos que se encuentran en los refugios Max-Liebermann y Dölzig, ubicados en la ciudad alemana de Leipzig.

 

El centro Max-Liebermann está rodeado por una doble cerca de alambre de más de dos metros, cámaras de seguridad por doquier y una garita con un vigilante monitoreando la entrada y salida de las personas. Sin embargo, por ser considerado un “refugio modelo”, quienes allí se encuentran cuentan con una guardería, una cancha, un pequeño gimnasio, una lavandería y hasta una peluquería.

 

Entretanto, el centro de Dölzig está en un lugar tan lejano, que “parece como si nos estuvieran escondiendo”, dice uno de los entrevistados. «Las condiciones de vida aquí son paupérrimas. Hay una carencia absoluta de actividades de esparcimiento, por eso hay gente que vive día y noche sentada viendo para el techo. Tienes que comer, ducharte e incluso ir al baño en horas específicas: es como una cárcel», denuncia una de las entrevistadas.

 

Tanto en Max-Liebermann como en Dölzig, la mayoría de los migrantes son venezolanos, seguidos de vietnamitas, georgianos, cameruneses, todos por lo general hablan solo sus lenguas maternas por lo que su comunicación con el exterior es limitada.

 

Otro venezolano, quien dio el nombre ficticio de Eduardo, exmiembro de un partido político de oposición y quien se fue con la esperanza de “un futuro mejor”, aseguró que comparte una habitación con 6 personas más. Llegó a Alemania creyendo que “el proceso de asilo era organizado y justo”, pero asegura haberse dado cuenta poco después de su llegada de que no lo es.

 

BBC Mundo informó que su equipo contactó a las autoridades del estado de Sajonia pidiendo un permiso para realizar un reportaje audiovisual en ambos centros, pero la solicitud fue negada por «motivos de seguridad».

 

«Si yo hubiera sabido lo que viviría aquí y lo frío que son los alemanes, me habría ido a otro lado, tal vez a otro país de América Latina», dijo Eduardo.

 

La Oficina Federal de Migración y Refugiados (BAMF, por sus siglas en alemán) informó que en 2019 se instalaron en Sajonia 732 solicitantes de asilo venezolanos, casi el doble de los 404 casos registrados en 2018, y más del triple de las 203 solicitudes recibidas en 2017.

 

Estas solicitudes no incluyen a los inmigrantes ni a los estudiantes, por lo cual se estima que el número de venezolanos en Alemania es mucho mayor, y ya comienzas a ser bastante visibles en ciudades como Leipzig y Dresde.

(LaIguana.TV)