Mucho se dice del reconocimiento de Juan Guaidó por más de 50 gobiernos alrededor del mundo como «jefe de la Asamblea Nacional» durante este 2020, pues su autoproclamación como «presidente encargado» parece haber perdido peso por todos los fracasos que obtuvo el diputado del estado La Guaira durante 2019.

 

Desde enero de 2019 se intentó legitimar a Guaidó con el título de «presidente interino» o «encargado» para hacerlo pasar como jefe de Estado de un gobierno paralelo en Venezuela, principalmente apoyado por Estados Unidos y la Unión Europea.

 

En su momento, la imagen de este diputado, que era desconocido de la escena política venezolana, llegó a hacer mucha bulla dentro de la oposición y contó con simpatía de sus seguidores, al punto de lograr convocar importantes concentraciones en el Este de Caracas que posteriormente se convirtieron en escenario de violencia focalizada.

 

Guaidó prometió acabar con «el régimen» y «la dictadura», lo que llamó como «el cese de la usurpación», pero en conclusión no pudo. Su falso poder político y sus limitaciones quedaron expuestas después de varios meses, al punto que su credibilidad cayó al mínimo y su popularidad perdió convocatoria. Ya nadie le cree.

 

Sin embargo, en la mediática internacional se insiste en decir que Guaidó —quién perdió la presidencia de la Asamblea Nacional el 5 de enero de 2020 y creó una paralela para tratar de seguir justificando su supuesta presidencia interina— asegura que es apoyado por 54 «países», pero la realidad es otra.

 

Guaidó para la foto y Maduro para lo serio

 

A Guaidó en realidad lo reconocen como «presidente» muy pocos gobiernos, pues a pesar que estos le dan trato como tal en los medios y en sus vocerías, al momento de realizar trámites legales con Venezuela, acuden es al Gobierno constitucional que lidera el presidente Nicolás Maduro.

 

Por ejemplo, de estos más de 50 gobiernos que dicen reconocer a Guaidó, 27 de ellos aún mantienen embajadores del Gobierno de Maduro y reciben «embajadores» de Guaidó solamente para reuniones políticas; es decir, legalmente tratan con Maduro y de simpatía con Guaidó.

 

En pocas palabras, las relaciones diplomáticas y consulares quienes las ejercen son los embajadores, cónsules y encargados de negocios designados por Maduro. Lo mismo ocurre con el personal diplomático de esos países en Caracas, quienes deben tratar con Miraflores cualquier tipo de eventualidad.

 

Entre los países que reconocen a Guaidó, otros 20 decidieron tener dos representaciones de Venezuela: la del diputado y la de Maduro, lo que en términos reales no le dan reconocimiento pleno al diputado. Algunos de estos países son: Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Chile, Croacia, Dinamarca, España, Francia, Hungría, Luxemburgo, Portugal, Reino Unido, Grecia y Panamá.

 

En el caso de Alemania, la cancillería optó por reconocer a Otto Gebauer, como representante «personal» de Guaidó, pero el militar Orlando Maniglia Ferreira, designado por Maduro, es quien se encarga realmente de la embajada.

 

En República Dominicana, Suecia y Suiza, Guaidó designó funcionarios, que pese a estar en esos países no tienen credenciales diplomáticas, y aunque esas naciones lo apoyan, mantienen como representantes diplomáticos a los del Gobierno de Maduro.

 

Además, de los gobiernos que «respaldan» a Guaidó, hay un grupo de siete en los que solo está el personal diplomático designado por Maduro y son: Albania, Corea del Sur, Finlandia, Japón, Haití, Macedonia y Montenegro.

 

Contradicciones

 

Hay otros 17 gobiernos que dicen poseer solamente representantes de Guaidó, entre ellos Canadá, que desde 2017 rompió relaciones con Venezuela; Israel, con el que Venezuela no tiene vínculos diplomáticos desde 2009. A estos se suman El Salvador, Costa Rica y Guatemala, que expulsaron al personal de la embajada venezolana designado por Maduro y permitieron que otros civiles usurparan funciones en la sede diplomática venezolana.

 

Sin embargo, la contradicción de estos gobiernos en torno al reconocimiento de Guaidó surge porque siguen reconociendo a Maduro al mantener representación consular en Venezuela que debe relacionarse con Miraflores, bajo el argumento de que deben velar por sus ciudadanos.

 

En el caso de Argentina, el nuevo presidente Alberto Fernández retiró las cartas credenciales que le había dado en condiciones especiales el Gobierno de Mauricio Macri a Elisa Trotta Gamus, representante designada por Guaidó.

 

Por otro lado, la dictadora de extrema derecha que encabeza el gobierno de facto de Bolivia, Jeanine Áñez, quien se autoproclamó «presidenta interina» luego del golpe de Estado contra Evo Morales, rompió relaciones con el Gobierno de Maduro, reconoció a Guaidó y le conminó a nombrar un representante en ese país, pero hasta el momento no ha ocurrido.

 

Los «embajadores» de Guaidó fueron nombrados a través de la Asamblea Nacional, instancia que está en desacato al orden constitucional desde el 6 de enero 2016 cuando decidió acatar una orden del Poder Electoral que evidenció irregularidades en la elección de dos diputados. Por esta razón el Poder Judicial (Tribunal Supremo de Justicia), declaró al Poder Legislativo en desacato y de ahí en adelante todas sus acciones son nulas e írritas.

 

De acuerdo con la encuestadora venezolana Datanalisis, la popularidad de Guaidó cayó de 63% en enero de 2019 a 38,9% en diciembre del mismo año.

 

Pasaportes vencidos en países que apoyan Guaidó

 

Un ejemplo del falso reconocimiento que le dan a Guaidó los gobiernos de otros países se evidencia en los trámites de migración para venezolanos.

 

Por ejemplo, solamente cuatro países, Estados Unidos, Canadá, Perú y Ecuador, aceptan pasaportes vencidos de venezolanos pero les exigen visas para entrar.

 

Además, Canadá, Panamá y Costa Rica aceptan los pasaportes vencidos como identificación dentro de su territorio pero no permiten la entrada de venezolanos con pasaportes vencidos.

 

Los únicos países a los que se puede entrar con pasaporte vencido -únicamente por vía terrestre- son Colombia y Argentina; mientras que otros como México, Brasil y Uruguay aún no tienen reglas claras sobre el proceso.

 

En el caso de vuelos al extranjero, ningún venezolano puede salir del país con el pasaporte vencido, así al país destino lo acepte, pues es violatorio del proceso migratorio venezolano.

 

(LaIguana.TV)