El pontífice, que desde el 26 de febrero estuvo suspendiendo sus actividades públicas debido a un resfriado, afirmó que tampoco participará en un retiro espiritual de seis días que se celebrará al sur de Roma.

 

«Por desgracia, un resfriado me obliga a no participar este año. Seguiré las meditaciones desde aquí», declaró el papa, de 83 años, tras la tradicional oración del Ángelus, celebrada en la plaza de San Pedro.

 

Pero, ¿se trata de un simple resfriado o podría ser el coronavirus, que afectó ya a más de 800 personas en Italia? El portavoz del Vaticano despejó toda duda e informó a los medios que no era nada más que una «leve indisposición».

 

Cabe recordar que esta es la primera vez que el pontífice suspende su agenda en sus siete años de papado. El 26 de febrero pasado, Francisco, que ya estaba resfriado y tenía tos, participó en dos actos religiosos al aire libre, sin embargo, se vio obligado a cancelar una misa en la archibasílica romana de San Juan de Letrán el día siguiente, ya que su enfermedad se agravó.

 

(Sputnik)