¿El miedo al coronavirus llegó a la realeza británica? Medios británicos informaron que, por primera vez en décadas, la reina de Inglaterra, Isabel II, usó guantes para estrechar las manos de invitados en un acto oficial en Palacio de Buckingham.

 

Este martes 3 de enero, la reina presidió una ceremonia de imposición de condecoraciones y medallas. Nada menos que la Orden del Imperio Británico, un reconocimiento que han recibido figuras como Paul McCartney o Ringo Starr; entre otras miles de personas que han destacado por su servicio a la Corona británica.

 

Uno de los condecorados este martes fue Harry Billinge, de 94 años. Pero él quizás no se haya percatado de lo especial que era la suya. El veterano del Desembarco de Normandía –honrado por haber recaudado a sus años más de 30.000 euros para construir un monumento a los caídos de aquel 6 de junio de 1944– recibió la condecoración y el saludo de las manos enguantadas de la reina.

Es cierto que en público y desde siempre, la reina ha portado guantes para saludar y estrechar las mano de sus súbditos o incluso en investiduras irrepetibles, como la que le llevó a nombrar a su hijo príncipe de Gales en 1969. Pero la diferencia es que esas ceremonias siempre se realizaron en ambientes exteriores.

 

Pero, ¿en interiores? Como se ha referido, la reina de Inglaterra impone unas 1.350 condecoraciones al año, como poco. No siempre lo hace ella personalmente: su hija la princesa Ana, su hijo Carlos de Inglaterra y recientemente su nieto Guillermo, duque de Cambridge, han sido algunos de los encargados tradicionalmente de imponer los honores en su nombre.

 

Pero sí que hay una tradición que nunca se rompía: si la reina  imponía una condecoración, lo hacía con sus manos desnudas.

 

Las mismas con las que saluda a los embajadores, recibe a los primeros ministros o celebra cualquier tipo de acto oficial en el que haya saludo personal en el Palacio de Buckingham.

A esta novedad monárquica enguantada se le podrían achacar varios factores, uno de ellos las recomendaciones de salud bajo las que se encuentra actualmente el Reino Unido, que impulsan a mantener el más mínimo contacto directo posible con desconocidos. Y a extremar las precauciones si, como la reina o el condecorado Harry Billinge, se alcanzan unos ciertos años.

 

(Panorama)