La emisión del programa Desde donde sea del jueves 5 de marzo fue un sucinto estudio, con datos en mano, acerca de la hipocresía y el doble discurso de Colombia, una nación cuya clase política usa a Venezuela como subterfugio para tapar sus propias miserias.

 

El filósofo y comunicador Miguel Ángel Pérez Pirela se enfocó en las ignominiosas contradicciones del presidente colombiano, Iván Duque, quien denuncia la supuesta injerencia de la Organización de las Naciones Unidas en asuntos internos de su país, al mismo tiempo que pide a Estados Unidos que intensifique las medida coercitivas unilaterales contra Venezuela para forzar un cambio de gobierno.

 

El programa fue dedicado al comandante Hugo Chávez Frías, en el séptimo aniversario de su partida física.

 

“Hoy vamos a escudriñar en los intríngulis de la realidad colombiana y en las reacciones de  sus autoridades ante los dos informes de organismos de la Organización de las Naciones Unidas, que reflejaron una realidad por lo demás preocupante sobre los derechos humanos. Les adelanto el final, como en las buenas novelas de Gabriel García Márquez, Duque dijo que la ONU no puede meterse en asuntos internos de Colombia… el mismo Duque que va a pedir más sanciones contra Venezuela… ¿cómo se llama eso?”.

 

Los informes, emitidos por la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos,  Michelle Bachelet, y por Michel Forst, Relator Especial de la ONU sobre la Situación de los Defensores de Derechos Humanos, plasman un cuadro tétrico de masacres, desaparecidos, fosas comunes, falsos positivos, desplazados internos y externos, todo ello basado en datos concretos.

 

“El gobierno de Colombia hace malabares políticos, financieros y comunicacionales para tapar su propia realidad. Pero no soy yo quien lo dice: citemos a la señora Bachelet (aunque ella no me convence porque no se portó bien con los indígenas chilenos en sus actuaciones como presidenta). Y citemos también el informe de Michel Forst. Ambos dejan  muy mal paradas las estrategias de seguridad de Duque. Él huyó hacia adelante y se puso a hablar de Venezuela”, dijo Pérez Pirela, quien insistió varias veces durante el programa en que el principal argumento en una discusión de esta naturaleza son los datos duros.

 

“Los informes indican que hubo 36 masacres tan solo en 2018; que 89% de los casos no se han esclarecido; que esas masacres dejaron 108 asesinados; que esa cifra es 50% más alta que hasta 2014. También se dice en los documentos que el relator especial no pudo realizar una segunda visita a Colombia en 2019. ¿Saben qué responde Duque? Responde que hay injerencia de la ONU en la soberanía de Colombia –se contestó Pérez Pirela, aplaudiendo luego en forma irónica-… Pero cuando él se reúne con Trump y pide que se acrecienten las sanciones unilaterales de EEUU contra Venezuela, ¡no hay injerencia! En Venezuela se dice que la salsa que es buena para el pavo es buena para la pava… pero en este caso lo que hay es un doble discurso a nivel mundial”.

 

Precisó que Duque, para tratar de desvirtuar los dos informes, se centró en una de las recomendaciones de la ONU, que es cambiar la adscripción de los cuerpos policiales del Ministerio de Defensa a una autoridad civil. Explicó que en Colombia, el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), que es un grupo de élite de la policía, y toda ella en general, responden al Ministerio de Defensa y, en consecuencia, actúan con lógica militar, es decir que Colombia trata a sus ciudadanos como si estuviera en guerra contra ellos. Los informes recomiendan poner a la policía bajo el mando de organismos civiles, pero Duque dice que eso es injerencia. “Eso lo denuncia el presidente de un país que prestó su territorio para aquel concierto y para toda la operación mediante la cual se pretendía invadir a Venezuela. En el lado colombiano (en febrero de 2019) había marines estadounidenses, militares desertores venezolanos y guarimberos, es decir malandros pagados por la oposición. Allí estaba él en persona y los presidentes de Chile y de Paraguay, y altos representantes de EEUU, todos sumados al plan de invadir a Venezuela ¿Con qué moral habla de que la ONU establece criterios de injerencia contra su país?”.

 

“Lo peor vino después, cuando, como se dice acá ‘no aclares que oscureces’: salió la ministra de Interior, Alicia Arango, a decir que mueren más personas en Colombia por robo de celulares (12 mil asesinados, especificó la funcionaria) que por ser líderes sociales. Colocó en el mismo nivel a las víctimas de robo de celulares que quienes son asesinados por ser líderes sociales o defensores de derechos humanos. Intenta quitarle importancia al hecho de que desde que llegó Duque al poder, cada dos días asesinan a un líder social o un defensor de derechos humanos en Colombia. A la ministra le cayeron encima por decir lo que dijo, pero ella volvió a declarar y lo ratificó. Entonces no es que se le chispoteó, como dirían los mexicanos: es una lógica, una metodología, una política de Estado, que apunta a restarle importancia a la eliminación sistemática de líderes sociales. Es una cachetada contra las víctimas”.

 

Datos duros

El moderador de Desde donde sea presentó a la audiencia algunos de los datos que surgen de los informes mencionados:

 

“Ha habido (hasta la fecha de estos informes, en 2019) un total de 593 asesinados después de la firma de los acuerdos de paz en Colombia. Le dieron a Santos el premio Nobel y todo fue un pote de humo. Desmovilizaron a los guerrilleros y comenzaron a asesinarlos, a ellos y a los líderes sociales y a los defensores de derechos humanos”.

 

“Las masacres en 2018 superaron las contabilizadas desde 2014. Algunos, más conservadores, dicen que desde 2016. Se observa un incremento de 50% en las muertes de líderes sociales, en especial mujeres”.

 

“En 2018 había 130 municipios afectados por la violencia, frente a 86 que se registraron dos años antes. La política de seguridad de Duque es un fracaso. Por eso cuando se reúnen Trump y Duque no tienen otra opción que hablar de Venezuela”.

 

“Forst dice que no pudo realizar más visitas porque el actual fiscal general de Colombia, Francisco Barbosa, antes era alto consejero presidencial de Duque para los derechos humanos. Nunca se había atentado tanto contra los derechos humanos y al alto consejero, que guardó silencio, lo premiaron nombrándolo fiscal. Es ese funcionario quien prohíbe la visita del relator”.

 

“El gobierno dice que la mitad de los casos de asesinatos de líderes sociales y defensores de derechos humanos fueron esclarecidos, pero la ONU puntualiza que solo lo ha sido un 11% (aunque 50% tampoco sería aceptable), es decir que hay 89% de impunidad en esos crímenes. Asesinar a ese tipo de personas en Colombia es un negocio redondo porque nadie va preso. La respuesta de Colombia es cerrar las oficinas de la ONU como quien agarra a martillazos a la balanza porque le dice que está gordo”.

 

“Colombia es el principal cultivador mundial de hoja de coca, con 169 mil hectáreas sembradas (según cifras de la ONU para 2018). Tiene potencial para producir 1 mil 120 toneladas de cocaína… Pero resulta que el narcoestado es Venezuela… ¡qué cosa tan rara!”.

 

“Colombia no solamente ha sacado provecho de la cocaína, sino que también le encanta ‘quecharle’ a EEUU: 5000 millones de dólares para invertir en zonas afectadas por cultivos. Tanto Santos como Duque son también expertos martillándole plata a EEUU con la excusa de Venezuela.  Supuestamente piden ayuda para atender la crisis de los refugiados venezolanos. ¿Y para los seis millones de colombianos en Venezuela? Nosotros no andamos lloriqueándole a EEUU y esos inmigrantes reciben vivienda, educación, medicina. ¿Y si la situación está tan mal en Venezuela, por qué esos colombianos no se regresan a su país? Porque allá fueron desplazados, sus familiares terminaron en fosas comunes, fueron torturados o desaparecidos y en Venezuela han encontrado un territorio de paz. Colombia ha hecho mucha plata con el tema de Venezuela y está tapando sus propias contradicciones”.

 

La reunión Duque-Trump

Para el análisis del doble discurso colombiano, Pérez Pirela tomó como insumo la reciente reunión de los presidentes Iván Duque y Donald Trump, en la que la hipocresía rebaso toda medida.

 

“Se reunieron unos 45 minutos. Según se dijo, el encuentro se acordó unos días antes, aunque se sabe que Trump prefiere jugar golf que reunirse con dirigentes latinoamericanos. Allí Duque le pidió a Trump que aumente las sanciones contra Venezuela. Se supone que Trump lo volvió a regañar porque no ha reducido los cultivos de hoja de coca. EEUU siempre ha mandado a los países productores a echar químicos en los sembradíos de hoja de coca, lo que no es la solución, según lo ha dictaminado la ONU. Juan Manuel Santos, que tampoco es santo de mi devoción, tuvo una mejor postura al respecto, pues dijo que había que dejar de hacerlo porque además son productos cancerígenos. Ahora Trump, cada vez que regaña a Duque, insiste en que se debe fumigar los cultivos. Es una hipocresía. Si hay ocho bases militares gringas en territorio de Colombia por qué acrecienta cada vez más la siembra de hoja de coca y la producción de cocaína?”.

 

Añadió que el enfoque hipócrita es generalizado. Por ejemplo, en las series de televisión y las películas destacan lo perversos que son los carteles de la droga en Colombia y México. Pero nunca se muestran los carteles de la droga que operan dentro de EEUU que es el primer consumidor. “Una vez que llegan las toneladas de drogas a la frontera de EEUU, todo el peso cae sobre los narcos colombianos y mexicanos, pero ¿y los narcos estadounidenses?… Si hay un Pablo Escobar en Colombia tiene que haber un equivalente en EEUU, y los hay: la DEA, el FBI y delincuentes en particular, pero pareciera que no existen”, comentó.

 

Resaltó la irresponsabilidad sin límites de Duque, quien antes de reunirse con Trump, lo hizo con grupos judíos y planteó que en Venezuela operan supuestas células terroristas de Hezbollá. “Un presidente que llegó al cargo de la mano de Uribe, o sea del campeón mundial del paramilitarismo terrorista, porque Uribe es el papá del paramilitarismo (según la organización colombiana Arcoiris), se atreve a hablar de ese tema”.

 

Pérez Pirela destacó la rápida respuesta del canciller Jorge Arreaza, quien reaccionó anunciando que Venezuela va a denunciar al gobierno colombiano y a Duque en términos individuales, ante la Corte Penal Internacional por solicitar más medidas coercitivas unilaterales que afectan los derechos fundamentales del pueblo venezolano. “El canciller dice que como Duque no puede explicar por qué no puede reducir los cultivos ilegales, trata de desviar la atención hablando de Venezuela”.

 

A su juicio, Duque está ahora más urgido de buscar excusas porque acaban de divulgarse unas fotos de él acompañado de poderosos narcotraficantes, en la mejor tradición de Juan Guaidó con los Rastrojos. “Ahora entiendo por qué cuando salieron esas gráficas de Guaidó con esos delincuentes, Duque dijo que Guaidó era un superhéroe. Es que él tiene su rabo de paja”.

 

Añadió que el lenguaje de Duque en contra de los informes del organismo multilateral ha sido, por lo demás, mafioso, pues dijo que “la ONU se está metiendo en lo que no le compete”.

 

“Tenemos suficientes argumentos para pensar, a partir de dato duros, que Colombia lo que quiere es tapar su propio excremento social, político y narcoeconómico, acusando a Venezuela. Como dice aquel refrán, cuando el dedo señala a la Luna, el estúpido mira al dedo. No miremos el dedo que es Venezuela, sino en la Luna, que es Colombia”.

 

Durante la transmisión, Desde donde sea recibió mensajes procedentes de varias zonas de Caracas (Catia, La Pastora, avenida Libertador) y de localidades de Bolívar (Puerto Ordaz), Falcón, Mérida, Anzoátegui (Anaco, El Tigre), Lara (Carora), Zulia y Barinas (Santa Bárbara). En cuanto a los reportes del exterior, se registraron desde EEUU (Arizona, Texas, Nueva York), Grecia, España (Madrid, Tenerife, Galicia), Rusia (Moscú), Chile (Santiago, Punta Arenas), Perú, Panamá, Colombia (Medellín), Argentina, República Dominicana, Holanda, México y Brasil.

 

Tributo a un líder


En el tramo inicial, Pérez Pirela dedicó el programa “desde lo más profundo del corazón a un líder con el que podemos estar de acuerdo o no, pero no cabe duda que cambió la historia de Venezuela, de Latinoamérica y de los pueblos del sur del mundo”.

 

Se refirió a Hugo Chávez como “un personaje que un día como hoy se fue del plano físico, pero que en el plano espiritual sigue inspirando a mucha gente alrededor del mundo”. Recordó la gira que, recién llegado a la presidencia, hizo por los países petroleros para recuperar los precios internacionales a un nivel digno, para lo que tuvo que entrar en jeep a Irak porque no le dieron acceso vía aérea.

 

“Estuvo a la vanguardia comunicacional con la creación de Telesur, para que no tuviésemos que ver las noticias de nuestros pueblos desde la visión de CNN. Es el líder que pensó en la creación de la Universidad del Sur donde se formarían las futuras generaciones del sur del mundo. El mismo que defendió en la ONU a los muertos palestinos y las víctimas de las masacres y las desapariciones que los imperios del norte propician en el sur, el que le dijo a aquel Bush inefable ‘huele a azufre’”.

 

También resaltó que Chávez propició la convocatoria de una Asamblea Constituyente que dio a la luz una constitución refrendada por el pueblo, no hecha por asesores jurídicos, como se estilaba antes. “Es el líder que sufrió un golpe nefasto el 11 de abril de 2002, fue salvado por su propio pueblo y, al regresar al poder, con un crucifijo en la mano, perdonó a quienes lo derrocaron. Fue quien nos hizo entender el valor de la identidad venezolana, en un país donde se había establecido que lo mejor siempre venía de afuera. Con muchas vicisitudes, se consumió en cuerpo y alma por la redistribución social, por la educación, por el respeto a la soberanía y por demostrar que ‘el sur también existe’, como dijo el gran poeta Benedetti”.

 

Concluyó que “para quienes lo amamos, lo seguimos y lo admiramos, es un referente ineluctable, ineludible de la política mundial”.

 

(LaIguana.TV)