El presidente de Hinterlaces, Oscar Schémel, habló sobre las notables diferencias políticas de la oposición venezolana y el chavismo, y las condiciones en las que ambos sectores se encuentran actualmente.

 

En su programa Análisis Situacional, Schémel explicó que mientras la derecha venezolana sigue debilitada, dividida, sin liderazgo político y desconectado al país, el chavismo se consolida como una identidad de clase, una cultura política y —principalmente— como una comunidad emocional que está más allá de una gestión de Gobierno.

 

A continuación el análisis descrito por Schémel:

 

«Vivimos tiempos en lo que el peso e influencia de los líderes es superior al peso de las ideologías y de los partidos políticos. No estamos hablando del fin de las ideologías ni mucho menos; por el contrario, hay una vuelta al Estado, la política y la ideología cuando asistimos al fin del ciclo neoliberal.

 

Queremos decir que hoy los líderes persuaden, convencen y convocan a las mayorías, no solo por sus cualidades personales, sino sobre todo porque encarnan una causa o una ideología, unos valores y creencias con los cuales los ciudadanos se identifican y se sienten representados.

 

Para ello, los líderes necesitan contar con una poderosa caja de herramientas que contenga emociones, narrativa, símbolos y gramáticas que le permitan conectarse profundamente con el sentimiento nacional de una época. Tengamos siempre presente que la lucha política, es una emocional y simbólica, es una batalla lingüística, es una confrontación cultural, con el objetivo de conquistar, primero el corazón y las emociones; y luego la mente y las ideas de los ciudadanos.

 

En este sentido, las carencias crónicas de la oposición venezolana se agravan por la ausencia entre sus filas de líderes verdaderos y no de liderazgos de probeta, sin cerebro estratégico, sin las herramientas básicas de comunicación política, desprovistos de un mínimo repertorio de símbolos, gramáticas y narrativas.

 

La derecha venezolana sufre muy débiles competencias políticas y simbólicas para cambiar la correlación de fuerzas sociales y culturales que hoy favorecen al chavismo. Las sucesivas derrotas políticas de la oposición, también tienen que ver con la condición de clases de sus dirigentes, en su mayoría provenientes de las clases medias y altas de la sociedad venezolana, en algunos casos con residencia en el exterior.

 

Sus líderes carecen de conexión social, política y territorial con las mayorías populares. Hoy la oposición está más débil, desarticulada, desconcertada y con una inmensa derrota a cuestas, sin liderazgos auténticos, sin estrategia y sin mensaje, cada vez más sometida a factores internacionales.

 

Las emociones no son ni han sido nunca atributos superficiales, muy por el contrario, las emociones abren las puertas del corazón y de la razón, de las motivaciones profundas y las decisiones más sólidas. Las emociones son la plataforma y el alimento desde las cuales se forman las ideas y las opiniones.

 

Las emociones construyen la identidad y modelan nuestras posiciones, por ello Hinterlaces hace tanto énfasis en la interpretación científica de la dimensión emocional, cultural y simbólica del comportamiento político, social y económico en los repertorios gramaticales y los relatos, y no sólo en el registro tradicional de la opinión pública. Pensamos lo que sentimos y la política se siente antes de pensarse.

 

En conclusión, el chavismo es una identidad de clase, es una cultura política y es principalmente una comunidad emocional más allá de una gestión de Gobierno».

 

(LaIguana.TV)