Más de cien tipos de enfermedades se engloban bajo el término cáncer, aplicado a las dolencias en que las células anormales se dividen sin control y son capaces de invadir otros tejidos, llegando incluso a diseminarse a diversas partes del cuerpo a través de la sangre y el sistema linfático. 

 

En tanto cada año se descubren millones de nuevos casos de cáncer, los estudios acerca de su prevención aún no dan con una solución definitiva, sin embargo, se sabe el estilo de vida afecta las probabilidades de desarrollar esta dolencia.

 

Así, los cambios sencillos pueden marcar la diferencia y, si bien hacerlos no garantizará que el cáncer no aparezca, vale la pena intentarlo, porque disminuyen sustancialmente el riesgo no solo de desarrollar cáncer, sino también de otras enfermedades crónicas.

 

Aléjate del tabaco

 

El consumo de cualquier tipo de tabaco lleva casi irremediablemente al cáncer. Fumar está relacionado con varios tipos de cáncer, incluyendo el cáncer de pulmón, boca, garganta, laringe, páncreas, vejiga, cuello uterino y riñón. Mientras el tabaco de mascar se ha relacionado con el cáncer de la cavidad oral y del páncreas. 

 

Igualmente, ser fumador pasivo podría aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón.

 

La dieta determina

 

Una dieta saludable no es un remedio mágico, pero resulta significativa en la prevención del cáncer. El punto de partida es basar la dieta en frutas, verduras y otros alimentos de origen vegetal, como granos integrales y frijoles.

 

Otras pautas son comer más ligero y magro, eligiendo menos productos con azúcares refinados y grasas de origen animal; reducir el consumo de carnes procesadas y beber alcohol con moderación, lo que disminuye el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer, incluyendo de mama, colon, pulmón, riñón e hígado.

 

Ejercítate

 

La actividad física, además de ayudarte a controlar el peso,podría, por sí sola, reducir el riesgo de desarrollar cáncer de mama y de colon. También, su impacto en mantener un peso saludable se traduce en una reducción del riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer, incluido el cáncer de mama, próstata, pulmón, colon y riñón.

 

Como objetivo general, deberías incluir al menos 30 minutos de actividad física en tu rutina diaria y para obtener beneficios sustanciales para la salud, al menos 150 minutos a la semana de actividad aeróbica moderada o 75 minutos de actividad aeróbica intensa. 

 

Protégete del sol

El cáncer de piel es uno de los tipos de cáncer más comunes y uno de los más prevenibles. Entre las medidas para evitarlo se encuentra evitar el sol entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, cuando los rayos del sol son más fuertes y permanecer en la sombra cuando te encuentres al aire libre.

 

Por otra parte, usar gafas de sol y sombreros de ala ancha, cubrir las áreas de la piel expuesta con ropa holgada y de tejidos cerrados, optar por colores brillantes u oscuros, que reflejan mejor la radiación ultravioleta y aplicarte abundante protector solar -con un FPS de al menos 30- incluso en días nublados, resultan prácticas positivas.

 

Debes tener en cuenta que las camas solares y las lámparas solares resultan tan dañinas como la luz solar natural.

 

Vacúnate

 

La protección contra ciertas infecciones virales también es parte de la prevención del cáncer. Por ejemplo, la hepatitis B aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de hígado, por lo que vacunarse contra ella es recomendado para adultos con condiciones de salud o prácticas riesgosas.

 

A su vez,  la vacuna contra el virus del papiloma humano, enfermedad de transmisión sexual que puede causar cáncer cervical y otros cánceres genitales, así como cánceres de células escamosas de la cabeza y el cuello, se recomienda para niñas y niños de 11 y 12 años de edad.

 

Evita comportamientos riesgosos

Varios comportamientos de riesgo pueden conducir a infecciones que, a su vez, podrían aumentar el riesgo de cáncer. En este sentido, mantener relaciones sexuales seguras, limitando el número de parejas sexuales y usando condón disminuye el peligro de contraer infecciones de transmisión sexual.

 

Los pacientes de VIH o SIDA tienen un mayor riesgo de contraer cáncer de ano, hígado y pulmón; asimismo, compartir agujas con personas que usan drogas intravenosas puede contagiar el VIH, la hepatitis B y la hepatitis C, que pueden aumentar el riesgo de contraer cáncer de hígado. 

 

Atiéndete con un médico regularmente

 

Los autoexámenes y exámenes regulares para varios tipos de cáncer, como el de piel, de colon, de cuello uterino y de mama, pueden aumentar tus probabilidades de descubrir el cáncer a tiempo, cuando el tratamiento tiene más probabilidades de ser exitoso. 

 

También se recomienda que algunas personas con un riesgo alto de cáncer de pulmón se hagan pruebas de detección.

 

(teleSUR)