China reveló este lunes una serie de indicadores sombríos para enero y febrero con el trasfondo de la pandemia de COVID-19: la producción industrial se contrajo por primera vez en casi 30 años y las ventas minoristas se desplomaron.

 

La producción industrial cayó 13,5%, en comparación con el +6,9% de diciembre. Las ventas minoristas, que reflejan el consumo, cedieron un 20,5% en comparación con los primeros dos meses de 2019, anunció la Oficina Nacional de Estadísticas (BNS).

 

«La epidemia del nuevo coronavirus ha reducido la actividad económica en los dos primeros meses del año», reconoció el BNS.

 

«Pero en general, las consecuencias a corto plazo son (…) manejables», matizó el organismo en un comunicado.

 

Estos resultados son más catastróficos que las previsiones de los analistas consultados por la agencia financiera Bloomberg. Estos últimos vaticinaban una contracción del 3% de la producción industrial y de 4% de las ventas minoristas.

 

La publicación de estos indicadores se produce en un momento en que China lucha contra el nuevo coronavirus que paralizó prácticamente la economía china en febrero por las medidas tomadas por el gobierno.

 

Para apoyar a la economía, el banco central chino anunció el lunes la reducción del coeficiente de reservas obligatorias de los bancos en una proporción de entre medio punto y un punto porcentual.

 

Esto debería liberar 550.000 millones de yuanes (70.600 millones de euros, 78.700 millones de dólares).

 

Con esta decisión el banco central espera incitar a los bancos comerciales a prestar más dinero a las empresas para apoyar a la economía real.

 

(AFP)