Para quienes tienen bajo su responsabilidad a niñas, niños y jóvenes, es doble el reto de la pandemia y de las medidas como la cuarentena social.

 

Profesionales de las ciencias de la salud mental están aportando consejos para ayudar a los familiares de poca edad a enfrentar una situación que si bien es inédita para todos, puede resultar especialmente impactante para los más pequeños.

 

Estas son algunas de las consideraciones y recomendaciones:

 

Predicar con el ejemplo. Tener en cuenta que niños, niñas y adolescentes reaccionan, en buena medida, de acuerdo a lo que ven de los adultos que los rodean. Cuando los padres y otros cuidadores enfrentan la situación creada por el Covid-19 con serenidad y confianza, proporcionan el mejor apoyo para los hijos.

 

Preparación e información. Las madres, padres y otros adultos son más capaces de tranquilizar a las personas que les rodean, especialmente a los niños, si están mejor preparados e informados sobre el problema.

 

Entender las peculiaridades personales. En coyunturas como la actual es especialmente importante entender que cada niña, niño o adolescentes responde al estrés de una manera diferenciada. Aceptar esas peculiaridades personales es importante pues los consejos genéricos tal vez no funcionen.

 

Observar es clave. Se recomienda que las personas adultas estén muy pendientes de los síntomas que puedan presentar los más pequeños, no solo en lo que se refiere a la pandemia, sino también a sus secuelas emocionales. Entren los comportamientos que pueden presentarse están el llanto excesivo o la irritación en niños pequeños; el retroceso a conductas ya superadas (ejemplo: mojar la cama); actitud de tristeza o angustia excesivas; y el cambio en los patrones de alimentación o sueño.

 

Cuidado con los y las adolescentes. En el caso de los y las adolescentes, los psicólogos y psiquiatras alertan sobre señales como la irritabilidad y los llamados “comportamientos de actuación”, algo que últimamente suele llamarse “ponerse intensos”. Por supuesto que es necesario vigilar cualquier uso de tabaco, alcohol o drogas.

 

Razonar, no imponer. Para los y las adolescentes puede ser particularmente odiosa la situación de encierro generada por la cuarentena. Aquí los especialistas consideran fundamental aprovechar el tiempo disponible para hablar con ellos y hacerles ver que se trata de medidas que tienen una razón y una coherencia, no de imposiciones que despiertan la natural rebeldía de esa edad. Los y las adolescentes comprenden perfectamente que se trata de mantenerse a salvo, no de una especie de castigo, pero para eso es necesario debatir sobre el tema.

 

Catarsis saludable. En las conversaciones se puede tocar el tema del disgusto y aceptar que es natural y está bien sentirse molesto. Compartir con ellos alguna forma de catarsis también puede servirles a las madres, padres y otras personas adultas para deshacerse del estrés.

 

Seleccionar información. Sin llegar a la censura, los profesionales de la salud mental recomiendan limitar la exposición de la familia a las noticias sobre la pandemia, cuidando muy especialmente la información que se difunde a través de redes sociales. Es necesario tener conciencia de que las niñas y los niños pueden malinterpretar lo que escuchan y angustiarse ante lo que no entienden o frente a rumores y datos manipulados.

 

Mantener ciertas rutinas, hábitos y reglas. La interrupción de las clases no debe significar un relajamiento total de las normas. Las actividades de aprendizaje y práctica que se realicen en la casa deben mantener formalidad y disciplina para transmitir claramente el mensaje de que el año escolar no se ha interrumpido.

 

(LaIguana.TV)