Un análisis comparativo del número de casos y de personas fallecidas en América Latina y algunas naciones del Caribe pone en evidencia que los países más afectados son aquellos en los que  la desigualdad social se ha visto acentuada porque los sistemas de salud han sido radicalmente privatizados, según los modelos económicos neoliberales.

 

Los países que han hecho frente de mejor manera a la pandemia son los que disponen de sistemas de salud socializados, como Cuba, Venezuela y Bolivia, que ahora es gobernado por la derecha, pero cuya política sanitaria viene de tiempos de Evo Morales.

 

En términos del número de pacientes fallecidos, los países neoliberales tienen el liderazgo negativo. El gobierno de JairBolsonaro (el presidente que inició su gestión expulsando a los médicos integrales cubanos) es el que tiene la más sombría perspectiva, junto al de Lenín Moreno, en Ecuador; el de Sebastián Piñera, en Chile; y el de Iván Duque, en Colombia. Todos tienen en común el haberse tardado en tomar las medidas de distanciamiento social, por su empeño en no afectar las ganancias empresariales.

 

Brasil, con 1619 contagios registrados y 25 muertes ocupa el primer lugar en el ranking regional de daños causados por el Coronavirus. Es alarmante la incidencia en la población general de este gigante latinoamericano de 210 millones de habitantes, pues se ubica en 7,7  personas por cada millón.

 

Ecuador, donde se registran 789 casos y 14 fallecidos, es el segundo en la lista en términos absolutos, pero si se observa la proporción respecto a la población total, su situación es más dramática todavía, pues esta nación solo tiene algo más de 17 millones de habitantes. Esto significa que hay 46,3 contagiados por cada millón de personas.

 

Una situación parecida vive Chile, que ya tiene 632 contagiados en una población estimada de 18 millones de habitantes, es decir, alrededor de 33,7 casos por cada millón.

 

En la vecina Colombia, alarma el incremento sostenido de los casos, que ya se elevan a 235, con 2 muertes. Frente a los 48 millones de habitantes, se verifica un contagio de 4,8 personas por cada millón.

 

En el extremo opuesto se encuentra Bolivia, con solo 27 casos, sin fallecidos. En su conjunto de 11, 5 millones de personas, la incidencia baja a 2,3 individuos por cada millón. Pese a que su actual gobierno de facto es vocacionalmente neoliberal, la infraestructura y las políticas públicas en materia sanitaria son todavía las procedentes de los años de gobierno de Morales, aunque ya se ha desmontado parcialmente el apoyo de los médicos cubanos.

 

Cuba tiene 35 contagiados y un deceso. Con respecto a la población general, significa algo más de 3 personas por cada millón. La nación antillana no se ha conformado con enfrentar internamente la pandemia, sino que se ha convertido en uno de los principales actores de la cooperación internacional, al aportar personal sanitario y medicamentos, incluso a naciones de Europa.

 

En Venezuela, con 77 casos comprobados, y sin fallecidos, el Covid-19 tiene una incidencia de 2,6 personas por cada millón de habitantes (sobre una base de casi 29 millones). El gobierno del presidente Nicolás Maduro ha sido vanguardia en la adopción de medidas muy estrictas para el control de la propagación de la enfermedad y de sus secuelas sociales y económicas, desplegando el potencial del Poder Popular y de la unión cívico-militar, todo ello muy a pesar de las medidas coercitivas unilaterales de Estados Unidos y sus aliados.

 

Como dato merecedor de atención por parte de Venezuela, se encuentra la situación de Trinidad y Tobago, que muestra un alto índice de contagiados, un total de 50 en una población de apenas 1,3 millones de habitantes. Esto implica un gran riesgo para el oriente venezolano, especialmente los estados Sucre y Delta Amacuro, pues en ambas entidades federales hay un intenso tráfico de personas y de mercancías legales e ilegales desde y hacia el territorio trinitobaguense.

 

(LaIguana.TV)