Uno de los cirujanos más importantes de Brasil, Miguel Srougi, considera que por las características de la infraestructura hospitalaria, la población más vulnerable quedará sin atención en el pico más alto de la pandemia de coronavirus, y los pobres «morirán en la calle».

 

En una entrevista hecha por Globo, el urólogo aclara que no es infectólogo, para hacer una investigación más profunda, pero que al consultar los datos cuantitativos del mundo entero, puede observarse que cuando un país pasa de cien casos de covid-19, la curva que venía subiendo lentamente, comienza a ascender y se empiezan a duplicar los casos cada dos o tres días.

 

Hasta la víspera, Brasil registraba 25 muertes por esta pandemia y un total de 1.546 casos.

 

Actuación tardía

 

En opinión del especialista, Brasil ha actuado con tardanza debido a que «pudo observar lo que sucedía en China e Italia y perdió tiempo» para llevar a cabo la transformación de fábricas en lugares para ubicar camas de hospital y para crear respiradores artificiales.

 

En su punto de vista, el Gobierno está «coqueteando con la oscuridad» debido a que el presidente «de forma incompetente e inmoral ha menospreciado la gravedad de la pandemia» y «creyó que con sus palabras podría desviar la atención popular e impedir la constatación de lo obvio: la ruina de la asistencia médica principalmente para los más necesitados».

 

Srougi considera que los grupos con mejor posición económica serán los que sobrevivan al virus, que ya ha causado más de 15.000 muertes en el mundo.

 

«No habrá hospitales para los enfermos»

 

El urólogo explica que, según datos que maneja, los países con más de 10 camas hospitalarias por cada mil habitantes tienen menores cifras de muertes por coronavirus.

 

En el caso de Brasil, el número de camas corresponde a 1,96 por cada mil habitantes, por lo que cuando se llegue al pico de contagio no habrá hospitales para llevar a los enfermos.

 

«Quienes van a sufrir más son los más pobres, los más vulnerables. Ellos van a morir en las puertas de los hospitales, no van a conseguir entrar ni recibir respiración mecánica y sobrevivir a la neumonía. El pobre va a morir en la calle».

 

El doctor recuerda que en su país en la última década fueron eliminadas entre 40.000 a 50.000 camas por falta de recursos. «Los gobiernos que recurren a los hospitales privados siguen una lógica pero ninguno de ellos va a transformar sus estructuras, caras y complejas, en hospitales de campaña», explica.

 

En su opinión, es necesario tener un «Estado fuerte» que logre «contener la amenaza». «Aquella historia de entregarle todo a los privados no funciona. La gran consecuencia social es que las personas aprenderá que la solidaridad y la compasión son muy importantes dentro de cualquier sociedad».

 

(RT)