“Es difícil justificar este argumento del narcotráfico en una región donde está Colombia, pero a los grandes medios no les importa lo descabellado que sea una acusación si es contra Venezuela”, dice el experto en temas internacionales Basem Tajeldine.

 

“Venezuela no produce ni un gramo de droga. Donde sí se produce es en el país vecino, en el que Estados Unidos tiene siete bases militares, en el país acusado por Naciones Unidas de ser el mayor productor de cocaína del mundo”, expresó al ser consultado por LaIguana.TV sobre la acusación lanzada por EEUU contra el presidente y otros funcionarios y líderes venezolanos.

 

“Es cierto que el narcotráfico colombiano se sirve del espacio aéreo venezolano para transportar la droga y llevarla hacia sus mercados en EEUU y Europa, pero el país que origina el problema es Colombia, y esto sigue sucediendo a pesar de la creciente presencia militar estadounidense en esa nación. Se ataca a Venezuela con este argumento insano, hasta ridículo y estúpido. Se tacha a Venezuela de narcoestado y no a Colombia, a pesar de todos los estudios y documentos  que vinculan incluso a expresidentes, como Álvaro Uribe Vélez, con carteles de la droga”.

 

Tajeldine señaló que Venezuela ha trabajado, muy por el contrario, para combatir el tránsito de droga a través de sus cielos. “¿Por qué será que cada vez que Venezuela derriba un avión del narcoestado colombiano, siempre suele sucede que salen del Departamento de Estado o del Departamento de ‘Justicia’ estadounidense acusaciones contra nuestro país? –puntualizó-. Es que la DEA y las siete bases militares estadounidenses están en Colombia precisamente para garantizar el negocio de las drogas”.

 

Apenas unas horas antes de la rueda de prensa del fiscal general de EEUU, William Barr, un avión del narcotráfico, procedente de Colombia, fue derribado por la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, en Maracaibo.

 

“La verdadera amenaza a la región se encuentra en esta complicidad entre Colombia, el mayor productor mundial de cocaína y EEUU, uno de los mayores consumidores de droga en el planeta”, enfatizó el entrevistado.

 

Para Tajeldine, antes que combatir el narcotráfico, los poderosos intereses detrás de estas decisiones pretenden robustecer el narcoestado colombiano y convertir a Venezuela, una vez derrocado el gobierno de Maduro, en una extensión de Colombia, en un paraíso para la producción y el tráfico de este negocio multimillonario.

 

Distraer a EEUU de tantos fracasos

Tajeldine incorporó otro elemento a su análisis de la nueva arremetida de EEUU contra el gobierno bolivariano: el uso de Venezuela como pantalla de distracción.

 

“Una mentira de este calibre sirve para muchos propósitos: en primer lugar, una agresión contra Venezuela es cómo entretener al público de EEUU y distraerlo de la crisis económica, social y política que vive ese país, agravada hoy por la situación de la pandemia. El Estado no cuenta con recursos para atender la enfermedad de su pueblo, pero sí para seguir entregándolos al mercado de las armas y a financiar grupos de la oposición venezolana”, planteó.

 

Otros aspectos del fracaso que se pretende encubrir es el mal resultado en la guerra comercial con China, y en las negociaciones con Rusia y hasta con los antiguos aliados de la Unión Europea. “Ante tantos fracasos internos y externos, qué mejor que volcarse hacia Venezuela para hacer una especie de control de daños porque esta oposición financiada por muchos años por EEUU, que ha recibido ingentes recursos, no ha podido derrocar al gobierno. Es por eso que la lista de acusados es, a la vez, un castigo para sus propios lacayos que han hecho una mala labor para los intereses de EEUU”.

 

Nada nuevo


Tajeldine, un estudioso de las intervenciones estadounidenses en el mundo, asegura que EEUU siempre, históricamente y contra todos los países, ha hecho acusaciones carentes de cualquier base, para lograr sus objetivos económicos y políticos. “En el tiempo actual, el de la posverdad, con más razón se vale de cualquier argumento sin veracidad para ir contra el país-objetivo, es decir, contra cualquiera que no se doblegue a sus intereses. Cualquier invento es válido para justificar lo injustificable, para justificar un crimen”.

 

Explicó que cuando las corporaciones del complejo industrial-militar se proponen hacer alguno de sus grandes negocios de guerra, utilizan intensivamente la mentira, con el apoyo de los grandes medios de comunicación. “Contra Irak se valieron del argumento de las famosas armas de destrucción masiva, que nunca aparecieron, pero que les sirvió para iniciar una embestida contra ese país en el que las grandes corporaciones hicieron enormes ganancias. Este es el mecanismo mediante el cual los poderes fácticos de EEUU se apropian de los fondos públicos, los del Estado norteamericano, que en vez de ser destinados a los ciudadanos, van a parar a los mercaderes de la guerra. En la actualidad, en lugar de usar el dinero público de EEUU para enfrentar la pandemia (de la que ya son el país con más contagiados), procuran desplegar situaciones de guerra para usar esos fondos en engordar aún más a las empresas del complejo industrial-militar”.

 

(LaIguana.TV)