Este sábado, la estatal pretrolera rusa Rosneft emitió un comunicado en el que se aseguraba que “todos los activos y operaciones comerciales de Rosneft en Venezuela y/o relacionados con Venezuela serán vendidos, cerrados o liquidados”, incluyendo “incluidas las acciones en las empresas de producción de Petromonagas, Petroperijá, Boquerón, Petromiranda y Petrovictoria”, así como “en empresas de servicios petroleros y comercio operaciones”. 

 

En el texto, también se especificaba que “como resultado de la ejecución del acuerdo y la venta de activos, Rosneft recibirá un paquete de acciones por un monto de 9,6% sobre el saldo de una de sus subsidiarias”. 

 

No obstante, el embajador de la Federación Rusa en Venezuela, Serguéi Mélik-Bagdasárov, publicó en su cuenta de Twitter, que el cese de las operaciones de la empresa suponía exclusivamente un traspaso de los activos con Pdvsa directamente al gobierno ruso.  

 

“¡No se preocupen! Se trata del traspaso de los activos de Rosneft en Venezuela al Gobierno de Rusia directamente. Seguimos juntos en adelante”, reza el trino. 

 

Lo anterior apunta a una maniobra para eludir las medidas coercitivas ilegales impuestas por Estados Unidos en contra de Venezuela y que le impiden comercializar crudo, toda vez que ya una filial de la gigante petrolera –Rosneft Trading– fue sancionada por el Departamento del Tesoro el pasado febrero. 

 

Según la agencia Sputnik, Rosneft aseguró que las sanciones contra sus filiales son “ilegales e infundadas”. Ya en múltiples ocasiones ha insistido que sus actividades en Venezuela no están ligadas a intereses políticos sino que obedecen a razones estrictamente comerciales.

 

(LaIguana.TV/Sputnik)