El gobierno de Venezuela se posicionó con hechos ante el mundo como el único con vocación política para no temer a medidas radicales, como una cuarentena preventiva anticipada y garantizar la vida ante la pandemia de Covid-19. Durísima estocada para la maquinaria mediática expendedora de falacias gringas. Maduro se erigió como una ficha demasiado grande para poder ser derribada de forma limpia y si algo sabe hacer Estados Unidos, es películas.

 

EEUU ya venía mal y esto era algo que Donald Trump, pese a salvarse del impeachment y disparar sanciones a diestra y siniestra contra otros países, no podía ocultar. El pote de humo que lanzó contra Venezuela ysu cacería contra funcionarios chavistas sirve para maquillar una realidad: pierden la batalla – intencional o no intencionalmente- ante el Covid-19 y su economía se desploma aceleradamente.

 

Clíver Alcalá ¿Protagonista o Mera Ficha?

 

La Iguana.TV en su espacio Entre Líneas muestra cómo el ex militar venezolano Cliver Alcalá hace parte de esta treta distractora y desesperada tras ser sumado a la lista de los funcionarios por los que EEUU ofrecía recompensa. Aunque Alcalá posteriormente reconoció que participó en el más reciente plan terrorista –con asesoría de EEUU y el aval del diputado, Juan Guaidó- para asesinar a líderes de la Revolución Bolivariana, su confesión haría parte de un libreto que presenta a Alcalá ante la opinión pública como figura clave con información vital para justificar cualquier acción policial o armada contra el Gobierno venezolano o el país.

 

 

La patraña de oferta de recompensa por cabezas chavistas, aunada a la negligencia ante el brote de Covid-19 en territorio estadounidense, demuestran que la Casa Blanca podría estar nuevamente dispuesto a todo para salvar su status quo. Ya existe un precedente: otro republicano, George W. Bush, utilizó como excusa la lucha contra el terrorismo para invadir, fragmentar,y expoliar a Irak y Afganistán, en tiempos de crisis económica tras el atentado contra las Torres Gemelas donde murieron miles de latinos y estadounidenses.

 

 

Durante años se ha comprobado que el Departamento de Estado no teme poner a sus propios conciudadanos en la carne de cañón cuando es momento de salvar su titulo de hegemón, su complejo de superioridad, su industria y su capacidad de coacción.

 

En tiempos que debieran ser protagonizados por la búsqueda de soluciones colectivas ante la pandemia, cada reflector de la Casa Blanca está sobre Venezuela. Alcalá, el peón de turno, ya vendió a su patria creyendo que así salvará su cabeza y al telón de esta ficción se le notan muchas costuras gruesas y antiestéticas.

 

(LaIguana.TV)