lunes, 5 / 05 / 2025
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Reunión hipócrita: Trump y Duque se pagan y se dan el vuelto en temas de narcotráfico y martilleo

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El pasado jueves, durante la edición número 47 del programa Desde Donde Sea, el filósofo, analista político y comunicador, Miguel Ángel Pérez Pirela, reflexionó acerca de la hipocresía tras la reunión de Donald Trump e Iván Duque el 2 de marzo. 

 

El filósofo destacó que durante la breve reunión –duró apenas 45 minutos– de Trump con el mandatario colombiano, uno de los temas sobre los cuales habrían estado conversando fue la producción de cocaína en Colombia y su posterior distribución en los Estados Unidos, luego de que el inquilino de la Casa Blanca “le jalara la oreja” a Iván Duque meses atrás. 

 

Sin embargo, este discurso es, en juicio de Pérez Pirela, absolutamente hipócrita. 

 

Por un lado, desde el mainstream se ha construido una narrativa en la que hay carteles colombianos y mexicanos de la droga, pero la contraparte estadounidense, indispensable para esta clase de negocios, es invisibilizada sistemáticamente en los productos de la industria cultural hollywoodense, pese a que Estados Unidos es el principal consumidor de cocaína en el mundo. 

 

“Si hay un Pablo Escobar en Colombia, tiene que haber un correlativo en los Estados Unidos. Y los hay. Por ejemplo, la DEA, el FBI y, además, nombres particulares. Pero pareciera que no. Y hay una grandísima hipocresía”, acotó el analista. 

 

En segundo lugar, está la propia política estadounidense de “lucha contra las drogas”, que consiste en fumigar con químicos tóxicos, incluso cancerígenos, los sembradíos de hojas de coca en Colombia, pese a que, como reconociera el antecesor de Duque, Juan Manuel Santos, y en acuerdo con las conclusiones de la Organización de las Naciones Unidas, “esa no es la solución”, toda vez que, lejos de disminuir, la extensión de los sembradíos de hojas de coca en el campo colombiano, no para de crecer. No obstante, Trump insiste en la desacertada política.

 

Para ilustrar la hipocresía tras lo que aparentemente es desacierto, el comunicador se preguntó: “si hay más de 8 bases militares gringas en Colombia, ¿cómo es que Colombia cada vez más está acrecentando sus sembradíos de hojas de coca y la producción de cocaína, que no es lo mismo?”.

 

Cifras de un informe de las Naciones Unidos sobre el tema publicado en 2018 y al cual aludió Pérez Pirela durante el programa, establecen que “Colombia es el principal cultivador de hoja de coca con 169.000 hectáreas sembradas en el 2018, dato de la ONU, dato de las Naciones Unidas. Y Colombia tiene un potencial para producir cocaína en 1.120 toneladas”.

 

La respuesta tras esta política en apariencia contradictoria, reside en la cantidad de dinero que el Estado colombiano recibe para “luchar” contra el narcotráfico:  “5.000 millones de dólares para invertir en zonas afectadas por cultivos”, de acuerdo con la misma fuente. 

 

De nuevo, y en la sucesión de aparentes contradicciones, pese a las cifras publicadas por los entes oficiales y al propio reconocimiento del problema por los distintos presidentes colombianos, Iván Duque, Donald Trump y otros acólitos dentro y fuera del país, califican a Venezuela como “narcoestado”.  

 

El trasfondo de esta práctica es, de nuevo, dineraria. En juicio del experto en comunicación política, el Estado colombiano es experto en “quechar”, “martillar” recursos, no sólo para “combatir” el narcotráfico. 

 

En ese orden de ideas, precisó: “Colombia, Duque ha sido un especialista en eso, Santos también: en recibir plata de los Estados Unidos, en “quecharle” plata a los Estados Unidos, por ejemplo, con el tema de Venezuela. ¿Cuánta plata no le ha dado Venezuela? Y pa’ los inmigrantes venezolanos en Colombia. Corrijo: para los refugiados venezolanos en Colombia. Un poco de plata”.

 

En pocas palabras: en el pasado, los distintos presidentes de Colombia obtuvieron fabulosas sumas de dinero para “erradicar los cultivos de hoja de coca” y ahora, Duque además rentabiliza la migración venezolana hacia su país, catalogándola como “crisis de refugiados” y recibiendo, en consecuencia, dinero por ello. 

 

Pérez Pirela señaló que ello contrasta con el tratamiento que han recibido los cerca de 6.000.000 de colombianos que residen en Venezuela por parte de los gobiernos de Hugo Chávez  y Nicolás Maduro, quienes jamás han solicitado a gobiernos extranjeros –ni siquiera al colombiano– sumas adicionales al presupuesto nacional para atender las necesidades de una población que, en su mayoría, se vio forzada a huir de Colombia producto de un conflicto armado que ya sobrepasa las seis décadas de existencia. 

 

“A esos colombianos, con todo el gusto del mundo, nosotros le estamos dando vivienda de la Gran Misión Vivienda Venezuela, educación gratuita –porque en Venezuela, las universidades, en su gran mayoría, son gratuitas–, educación básica, es decir, primaria y secundaria gratuitas, medicina gratuita… y no andamos lloriqueándole a los Estados Unidos pa’ que nos den unos dolaritos por eso. Todo lo contrario”, dijo. 

 

Asimismo, en su juicio, es muy fácil comprender por qué, pese a la compleja situación económica por la que atraviesa el país, los migrantes colombianos no regresan a su tierra: “porque en Colombia se les desplazaron, porque en Colombia sus familiares y sus allegados terminaron en fosas comunes, porque el Colombia terminaron torturados, desaparecidos. Y solamente en Venezuela han encontrado un territorio de paz”. 

 

En última instancia, en opinión de Miguel Pérez Pirela, Duque y su gobierno están usando a Venezuela no solo para obtener dinero, sino también para ocultar sus propias contradicciones y tienen en Donald Trump un valioso aliado para perpetuar su discurso hipócrita, desplazando la atención hacia nuestro país. 

(LaIguana.TV)

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