La edición número 60 del programa Desde Donde Sea, conducida por el experto en comunicación política y filósofo, Miguel Ángel Pérez Pirela, que durante la cuarentena social se transmite de lunes a viernes por las redes sociales, estuvo dedicada a analizar las implicaciones de las amenazas imperialistas que se ciernen sobre Venezuela y que prefiguran un escenario bélico, aún en plena pandemia de coronavirus. 

 

Adicionalmente, como ya es habitual en estas ediciones especiales, el comunicador ofreció resumen del estatus del flagelo en Venezuela, el mundo y América Latina, y concluyó la emisión con tres recomendaciones de lectura para la audiencia. 

 

Estatus de la pandemia de covid-19 en Venezuela y el mundo

 

Pérez Pirela aludió en primera instancia a las cifras de Venezuela, comunicadas poco antes del inicio de la transmisión por el presidente Nicolás Maduro. Refirió que en las últimas 24 horas se han reportado siete nuevos casos, mientras que dos personas sucumbieron a la enfermedad. Ello totaliza 153 infectados y siete defunciones. 

 

En relación con las cifras globales, siguiendo las compiladas por la John Hopkins University, precisó que se traspasó la barrera del millón de personas diagnosticadas. Las posiciones de la lista no han sufrido mayores variaciones, pues a la cabeza continúa Estados Unidos, nación en la que a 276.995 se les ha confirmado la infección por covid-19 –lo que corresponde a más de la cuarta parte de todos los afectados a nivel mundial– y lo secundan Italia, Alemania, China y Francia.

 

En relación con el número de decesos, informó que han perdido la vida 58.787 seres humanos. Por países, en Italia han fallecido 14.681 personas, en España 11.198 y en Estados Unidos, 7.385. De nuevo en Europa, en Francia han sucumbido a la infección 6.507 personas y en Reino Unido, 3.605.

 

En un análisis más detallado, el experto comentó que en Estados Unidos fallecieron más de 1.000 personas a causa del nuevo coronavirus durante las últimas 24 horas, lo que indica un crecimiento sin precedentes y parece ajustarse a la predicción de las autoridades de ese país, que estiman cientos de miles de fallecidos por la enfermedad. 

 

A su juicio, en una posición similar está Francia, que hoy registró el deceso de más de 1.000 personas. 

 

En relación con los recuperados, en todo el mundo han superado la infección 225.519. Los primeros cinco países de la lista son: China, en donde se han curado 76.760 seres humanos; España, con 30.513 pacientes dados de alta; Alemania, con 24.575 e Italia, que contabiliza 19.758 personas ya fuera de todo peligro relacionado con la pandemia. 

 

También comentó que, si bien Italia ocupa el segundo lugar a nivel mundial de infectados y el primero de los fallecidos, ocupa el cuarto lugar de los recuperados, lo que significa que aún no hay buenas noticias –no se ha controlado la pandemia– en ese país y tampoco en España.  

 

¿Soplan vientos de guerra en Venezuela?

 

Aludiendo a las recientes declaraciones del presidente Nicolás Maduro, en las que alertaba sobre la preparación de acciones terroristas por parte de grupos armados, el filósofo se preguntó si esto no estaría relacionado con el plan estadounidense de apostar aviones y buques de guerra en el Caribe Occidental y con el “crucero” que en los pasados días hundió una embarcación de patrulla naval venezolana o bien con las amenazas directas de Donald Trump contra Venezuela. 

 

Desde su punto de vista, que el primer mandatario anunciara que moverá piezas de artillería por todo el territorio “para mantener la paz”, “son palabras mayores” y no simple intercambio verbal entre políticos. “Si para mantener la paz hay que mover las piezas de artillería, entonces hay una declaración de guerra”, sentenció.

 

En ese orden de ideas, aludió al llamado de la Organización de las Naciones Unidas, que exhortó a las naciones a suspender todo conflicto bélico interno debido a la pandemia de coronavirus e incluso naciones como Tailandia, sumida en cruentas confrontaciones internas, se acogió la propuesta de la ONU y los bandos en disputa están en tregua. 

 

Mientras tanto, en su parecer, hay otros sectores –dentro y fuera de Venezuela– que están apostando, “jugando” a la invasión en el país, promoviendo actos terroristas e incursiones armadas. 

 

En el caso de Estados Unidos, para él es claro que el gobierno “irresponsable” de Donald Trump, para “tapar” la gran tragedia que atraviesa su país a causa del covid-19, está propiciando acciones de guerra y un bloqueo naval contra Venezuela, política que es aplaudida y propiciada por Juan Guaidó, Leopoldo López, Julio Borges, Carlos Vecchio, Antonio Ledezma y Lilian Tintori, un grupo minoritario de extremistas “que no respetan ni la pandemia”. 

 

Mientras esto sucede, el pueblo venezolano está en sus casas, respetando la cuarentena y tales acciones han resultado eficaces, puesto que somos el antepenúltimo país en la región con menor número de personas infectadas y fallecidas por coronavirus. 

 

La Unión Europea: un barco zozobrante que ve la presunta paja en el ojo ajeno y no ve la viga en el propio

 

Para Miguel Ángel Pérez Pirela, la pandemia de coronavirus ha develado la inexistencia práctica de la Unión Europea –a la que delimitó como acuerdos económicos precarios de los cuales todo el mundo se está quejando–, que en estos momentos de crisis, en los que el continente entero está atravesado por una tragedia, se muestra como una institución descalabrada, incapaz de ofrecer una respuesta articulada para contener el avance del covid-19. 

 

Aún en medio de tan funesto panorama, el llamado “jefe de la diplomacia europea”, Josep Borrell, se atrevió a ofrecer “declaraciones catastrofistas” sobre Venezuela: dijo que temía que la pandemia derivara en catástrofe y que tomaba positivamente y con interés el nuevo plan de Estados Unidos para nombrar un gobierno de transición. 

 

Borrell parece no tener en cuenta que en la Europa desde la cual habla, los signos de debiitamiento son tales, que, en decir de el experto en comunicación política, esos países “retrocedieron a los años previos a la II Guerra Mundial”, resguardándose en nacionalismos y zancadillas de todo cuño, en lugar de apostar por una estrategia conjunta y coordinada para hacer frente a la pandemia. 

 

Para ilustrar hasta qué punto han llegado esos países, relató que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, se molestó con el gobierno Italiano por solicitar ayuda a China y en desquite, se apropió de millones de mascarillas provenientes del gigante asiático que estaban destinadas a España y a Italia y luego, sin inmutarse, dijo: “las incautamos porque estamos en guerra”.

 

Pero en la guerra de los tapabocas no sólo está involucrada Francia. Estados Unidos pagó  en Tailandia cuatro veces el importe de un lote de mascarillas que tenía como destino la nación gala. Hoy, Berlín denunció a su incondicional aliado trasatlántico de incautar 200.000 tapabocas. 

 

Para contrastar estas conductas depredadoras, más propias de la guerra –como la definiera Macron– que de la cooperación entre países que debería imperar frente a una amenaza global, presentó el caso de Venezuela, que, sin cantar victoria todavía, porque la pandemia no ha sido controlada del todo, “les está dando clases”. 

 

“Las autoridades venezolanas están acá con la OMS, con expertos chinos y un ejército de médicos cubanos, que acompañan a médicos venezolanos y a estudiantes de medicina de los dos últimos años para hacer las visitas casa por casa”, relató.

 

Criticó que, en lugar de reconocer el esfuerzo exitoso del gobierno venezolano, Borrell no parece tener miedo de “los apocalipsis” que están ocurriendo en otras naciones de la región como Brasil, Chile, Ecuador, Colombia o Panamá. “A todos esos países aplaude la Unión Europea”. 

 

“¿Estos no son los países de la OTAN? No se están peleando por portaaviones ni por F-16, sino por tapabocas. Nos siguen vendiendo espejitos y nos hacen sentir a los países del Sur del mundo como lo peor del mundo y les estamos dando una lección”, remató. 

 

En la misma onda de Borrell parece estar España, cuyas autoridades informaron que “examinaron con interés el plan de gobierno de Estados Unidos para Venezuela”. Ante tal cinismo, el también director de La Iguana.TV les fustigó, indicándoles que debían examinar con interés a sus pacientes. “Cómo es eso que en medio de una pandemia, España está examinando con interés los planes de invasión de Estados Unidos contra Venezuela?”, se preguntó. 

 

En ese etnocentrismo prepotente, etnocéntrico y egocéntrico, Borell dice que las consecuencias de la pandemia en Vzla pueden ser catastróficas. Maduro le respondió de una vez: ¿Y en Europa ya no es catastrófica?, refirió.

 

En resumen, las autoridades de Europa, que no fueron capaces de proteger a sus pueblos, pretenden ahora dar lecciones a Venezuela. “Nos vale cero lo que diga la Unión Europea de la República Bolivariana de Venezuela. Es más, le damos la mano para enseñarlos cómo aplanar la curva”, concluyó.

 

Las pretensiones de invasión de Trump a Venezuela no son populares ni dentro ni fuera de Venezuela

 

Contrariamente a lo que cierta mediática tarifada pudiera hacer creer, las pretensiones de Trump para invadir Venezuela, no gozan de respaldo internacional. En primer lugar, Pérez Pirela aludió a la reacción de Rusia, quien a través de la portavoz de su cancillería, María Zajárova, las califico como “una burla”, porque lo importante en este momento era pensar en el pueblo de venezolano. 

 

Internamente, tampoco el acuerdo es tal. El Pentágono está en contra de la operación y una sección del Departamento de Defensa, también. Incluso, en el mismo Congreso, la propuesta no tiene acogida. La razón es obvia: es absolutamente inoportuno y descabellado un plan así, en medio de la tragedia que implica la pandemia de coronavirus. 

 

Para el filósofo, es más que claro que Donald Trump intenta revertir un escenario electoral que ahora no le es favorable “secuestrando a Venezuela”. 

 

También se refirió al un caso de fake news relativo a la presunta invasión contra Venezuela, que emanó de la propia armada estadounidense. Esa instancia divulgó información falsa según la cual, el buque de guerra USS Detroit estaría navegando hacia aguas de el Caribe y resulta que está encallado en Florida recibiendo mantenimiento desde inicios de marzo.

 

Más sobre el coronavirus al cierre

 

Ya en la última final del programa, el analista reflexionó sobre lo que nos está dejando, como humanidad, la pandemia.  “Esto es una enseñanza epocal, porque este virus no está matando, como en otros casos, a gente en África o en los países del Sur del mundo, sino que están infectados primeros ministros, dueños de bancos, príncipes…”. 

 

Desde su punto de vista, ello debería traducirse con un incremento en las inversiones en salud y educación, “justo lo que no quiere el FMI”, de “hacer humana la humanidad”, como dijera el cantor venezolano, Alí Primera. 

 

“No se trata de cifras, sino de seres humanos y la sociedad estaba yendo por el camino equivocado y un virus microscópico nos pone a todos en jaque y nos hace sentir lo que somos: seres humanos. Como decía Blaise Pascal: el ser humano es lo más pequeño y lo más grande de este mundo”, remató. 

 

Abordando los asuntos económicos y la gran depresión que se le avecina a Estados Unidos, el experto presentó la evolución de las cifras de desempleo en ese país: hace dos semanas, la cifra se disparó de 300.000 desempleados a 3,3 millones y esta semana dobló a 6,6 millones. En un par de semanas, los expertos prevén que serán 10 millones. “¿Tendrá eso que ver con las amenazas contra Venezuela, el país con las mayores reservas de petróleo en el mundo?”, cuestionó.

 

Lecturas recomendadas

 

Como ya es habitual, cerró la transmisión recomendando la lectura de tres libros: Diarios: una selección, del prócer venezolano Francisco de Miranda; Reflexiones de la identificación americana con la Europa senil, del filósofo Ludovico Silva y el famoso libro de Armando Scanonne, “Mi cocina”.  

 

 

(LaIguana.TV)

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