Las pretensiones imperialistas de atacar militarmente a Venezuela, usando como cabeza de playa a Colombia, no son nuevas. Ya en 2009, el comandante Hugo Chávez dejó al descubierto el plan neocolonial estadounidense y señaló que “Venezuela no va a ser nunca, jamás, jamás va a volver a ser una colonia yanqui ni colonia de nadie”. 

 

“Le digo al gobierno de Estados Unidos –porque hay que hablar es con el amo–: no se vaya a equivocar, señor presidente Obama y vaya a ordenar usted una agresión abierta contra Venezuela, utilizando a Colombia”, dijo Chávez durante una intervención en su recordado programa, Aló Presidente.

 

Asimismo, el líder de la Revolución Bolivariana aseguró que estábamos dispuestos a todo para preservar la independencia. 

 

Hoy, como ayer, la amenaza parece tomar nuevos aires y en términos estructurales, nada ha cambiado. La administración Trump tiene en el gobierno de Iván Duque un aliado incondicional en sus planes para derrocar al presidente Nicolás Maduro. 

 

Desde su ascenso al poder, en agosto de 2018, Duque ha –cuando menos– permitido y facilitado que en el territorio colombiano se adelanten planes magnicidas y de incursión armada por parte de grupos paramilitares hacia Venezuela. 

 

También, el mandatario del vecino país, en una muestra de tutelaje vergonzoso, ha promovido y apoyado las sanciones unilaterales en contra del gobierno y pueblo venezolanos, y ha manifestado su apoyo irrestricto a las salidas antidemocráticas dictadas desde Washington. 

 

La última muestra de que el gobernante de Colombia actúa como que si su país es una colonia de Estados Unidos, es que sería en sus costas en donde el Comando Sur empezaría “el mayor despliegue para la lucha contra el narcotráfico del hemisferio” anunciado la semana pasada por Donald Trump.

 

Sobre este plan, diversos analistas coinciden en señalar que no es más que una burda excusa de Estados Unidos para agredir militarmente a Venezuela.

 

(LaIguana.TV) 

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