Mucho antes del registro de los dos primeros casos de coronavirus, las autoridades venezolanas acataron las medidas preventivas sugeridas por China, la OMS, la OPS y una nación experta en medicina preventiva en condiciones de adversidad como lo es Cuba. A un mes del decreto presidencial de cuarentena, vea en este Entre Líneas cómo Venezuela, con un bloqueo financiero a cuestas, ejecutó las medidas necesarias y esto redunda en vidas salvadas, mayor tranquilidad para la población y el regreso masivo de venezolanos a su tierra.

 

En el marco de un despliegue mundial de tácticas y estrategias contra la pandemia, Venezuela lucha por aplanar las curvas de contagio y se erige hasta la fecha como líder regional en aplicación de pruebas de despistaje gratuitas.

 

La crisis generada por el brote mundial de coronavirus, ha sido también una oportunidad de dar lecciones políticas y evidenciar la viabilidad del actual orden mundial.

 

En lo que respecta al gobierno venezolano, su modelo de gestión prioriza la vida por encima de la economía. Con apoyo médico y logístico de China, Rusia y la OPS, las autoridades reciben personas que desean ingresar por la frontera terrestre y dispone vuelos de la aerolínea Conviasa para el traslado de venezolanos varados en diversas latitudes. Los medios de comunicación y agentes de oposición que propiciaron un éxodo masivo de venezolanos los últimos años, hacen hasta lo imposible por opacar esta realidad propiciada por una crisis que reveló las costuras de gobiernos neoliberales en latinoamérica.

 

En Venezuela reza el dicho «en crisis se conoce a la gente» y la guerra contra la pandemia levanta caretas y muestra verdaderos intereses. España o Italia, cuyos gobiernos y habitantes subestimaron la amenaza, hoy padecen una crisis sanitaria y cifras dantescas de fallecidos a causa del virus.

 

En América Latina, los gobiernos de Perú, Ecuador, Chile, Brasil y Colombia prefirieron seguir los pasos de EEUU que ya figura como el país con mayor número de fallecidos y cuyo presidente, Donald Trump, proyecta los cien mil muertos como una cifra aceptable sin abandonar los planes de intervención armada contra Venezuela para asegurarse favores electorales.

 

(LaIguana.TV)

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