La noche del pasado sábado, un sacerdote de la iglesia parisina de Saint-Nicolas-du-Chardonnet decidió celebrar la misa de Pascua a pesar de las estrictas normas de confinamiento domiciliario y la cuarentena impuesta por las autoridades francesas con el fin de frenar la propagación del nuevo coronavirus.

 

Sin embargo, el oficio fue interrumpido por la Policía, alertada por los vecinos que escucharon el sonido del órgano, reporta Le Point. Al llegar al lugar cerca de la medianoche, descubrieron que las puertas de la parroquia tradicionalista estaban cerradas, pero un feligrés les contó a su salida que había unas 40 personas dentro.

 

Los agentes multaron a la autoridad eclesiástica que ofició el servicio religioso con 135 euros por incumplir las normas de confinamiento. Los demás participantes, pese a que tampoco respetaron la cuarentena, se libraron de ser sancionados y pudieron regresar a sus casas.

 

La prohibición de las reuniones en los lugares de culto está en vigor en Francia junto con otras medidas sanitarias adoptadas por el Ministerio del Interior galo para hacer frente al covid-19.

 

(RT)

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