El pasado miércoles, agentes del Comando Nacional Antidrogas (CONAS) detuvieron en el centro de Caracas a Raúl Roberto del Gallego Salas, sindicado de pertenecer a un grupo dedicado al tráfico de drogas en los estados Carabobo y Falcón que tenía como centro de operaciones la capital del país, informó entonces el diario Últimas Noticias. 

 

Según el portal La Tabla, del Gallego Salas se desempeñó como importador de cascos y máscaras antigás. De hecho, durante las guarimbas de 2017, efectivos del Servicio Bolivariano de Inteligencia le incautaron un cargamento que guardaba en un apartamento ubicado en la parroquia El Valle. En la operación también se decomisaron niples, armas y municiones que serían usadas por grupos extremistas para sembrar el caos y el terror en las calles. 

 

En su día –mayo de 2017–, el periodista Boris Castellano publicó un video en su cuenta de Twitter en el que se registra en detalle la actuación policial durante el operativo. Incomprensiblemente, pese a la gravedad de la falta, del Gallego siguió libre. 

 

Asimismo, los registros públicos a los que tuvo acceso La Tabla, indican que del Gallego no estuvo ligado solamente a las guarimbas. También aparece implicado en la desaparición de dos trabajadores de su finca ganadera, localizada en la población de Yaracal, en Falcón. 

 

Familiares denunciaron que Alberto José Jiménez Díaz y Antonio Rafael Bracho Morillo, que de desempeñaban en el predio como ordeñadores, se habían dirigido a su trabajo el 30 de diciembre de 2019 y no se les volvió a ver. 

 

Un mes después, una comisión del Cuerpo de Investigaciones Penales, Científicas y Criminalísticas (CICPC) del estado Falcón, en compañía de Polifalcón y de la Defensoría del Pueblo, allanó la finca Santa María, propiedad de del Gallego Salas, pero no encontraron rastro de Alberto y Antonio, que continúan desaparecidos. 

 

De acuerdo con la misma fuente, el hoy detenido ejerció como directivo de al menos ocho compañías registradas en el sur de la Florida entre 2008 y 2010, tres de ellas destinadas al negocio de administración inmobiliaria y en ellas figuran como socios Raúl Martin del Gallego y Ada Luz Salas, quienes presumiblemente son sus padres. 

 

Aparentemente, el hombre es devoto del Divino Niño –es un nombre que aparece con frecuencia en las denominaciones de sus empresas– y sus perfiles en redes sociales no tienen impuestas ninguna restricción, lo que hace pensar que no intentó ocultar su historial. 

 

(LaIguana.TV)

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