Este lunes 20 de abril, el filósofo y experto en comunicación política, Miguel Ángel Pérez Pirela analizó en la edición número 72 de Desde Donde Sea, el desplome de los precios del crudo en el mercado internacional, lo que en su juicio obedece a una estrategia de manipulación mercantil en el marco de un contexto geoestratégico signado por la pandemia de coronavirus. 

 

Adicionalmente, comentó acerca de las consecuencias de los crecientes signos de relajación de las medidas de confinamiento que ya han empezado a adoptar algunas naciones o que prevén hacerlo en un futuro próximo, como España, Francia o Italia, a pesar de contar con un gran número de afectados por la Covid-19, tanto en términos de infectados como de fallecidos. 

 

Asimismo, compartió con la audiencia sus apreciaciones en torno a la escasez de gasolina en Venezuela y las respuestas sociales a ese hecho, que a su parecer, deberían ser objeto de debate nacional y sin tabúes. 

 

La petropandemia, la cara de una guerra mercantil de la Unión Europea y Arabia Saudita contra Rusia

 

Pérez Pirela inició la transmisión aludiendo al desplome de precios que registró el West Texas International, que por primera vez en la historia se cotizó en -37,63 dólares por barril, tras registrar una caída del 305,5% en un solo día, derivada de la crisis de la demanda global de hidrocarburos por causa de la pandemia de coronavirus que azota a la humanidad, un día que quedó marcado como el “Lunes negro” mundial. 

 

Para contextualizar el impacto de este evento, el analista recordó que una de las críticas que suelen hacerse en contra de Venezuela, es que es muy fácil gobernar con el petróleo en el entorno de los 100 dólares por barril, que menos fácil es hacerlo cuando el crudo se transa a 70 dólares, pero que si el precio desciende por debajo de los 30 dólares, es más caro producirlo que venderlo. Sin embargo, esto no se traduce en una paralización de la industria petrolera. 

 

En su criterio, y aludiendo a la terminología acuñada por la canadiense Naomi Klein, se trata de “juegos” que están poniendo en marcha Estados Unidos, la Unión Europea y Arabia Saudita durante la pandemia, la única que hemos vivido en los últimos 100 años “para luego abortar una subida de los precios”. 

 

De allí que sea imprescindible hacer el seguimiento de los contenedores de los depósitos de petróleo en Estados Unidos, pues aunque se produzca por debajo del costo de producción y la industria no se detenga, existe un espacio físico limitado para almacenar el crudo en todo el mundo, lo que implica que hay que hacer circular esa mercancía y distribuirla en los distintos mercados. “Es de una gravedad que se escapa de vista”, puntualizó. 

 

Para él, estos ataques sobre el mercado petrolero, buscan torpedear a Rusia –de cuya provisión de gas depende Europa Occidental– y a la OPEP, “enemigo jurado de Estados Unidos” y tienen la capacidad de hacerlo, porque unas 200 familias controlan el negocio petrolero y son capaces que el precio se ajuste a sus designios. 

 

Por ello, la reunión telefónica que sostuvieron los presidentes Nicolás Maduro y Vladimir Putin, en la que se refuerza la propuesta adelantada por el primer mandatario ruso en la reunión del G-20 el pasado 26 de marzo: establecer corredores verdes para imponer moratorias a las sanciones que pesan sobre ciertos países productores de petróleo, incluido Venezuela. 

 

Sin embargo, el comunicador mencionó que la propuesta de Putin no había sido aprobada en la reunión del G-20, aunque el acuerdo bilateral entre mandatarios de países que son superpotencias energéticas, es definitivamente una respuesta a esos ataques. 

 

A su parecer, “esto crea un cóctel molotov macabro, que poco puede hacer por las economías, porque hay intereses que se cruzan”, entre los que destacó la reelección de Trump, la pandemia de coronavirus, la guerra comercial contra China e incluso, la intención de invadir Venezuela bajo el pretexto de un operativo antinarcóticos. 

 

En ese sentido, refirió que este fin de semana, la DEA informó de la captura de un submarino con un cargamento de drogas a bordo y posteriormente dijo que la embarcación había huido hacia aguas venezolanas. 

 

Esta versión le mereció críticas, puesto que las dos cosas no pudieron haber sucedido, aunque la DEA insista en ello: “o apresaron a gente en el submarino o éste huyó a Venezuela”, increpó, para luego comentar que, en contraste, eventos de los cuales sí hay pruebas suficientes, como del vínculo de Juan Guaidó con el grupo narcoparamilitar Los Rastrojos, no invitaban a ninguna acción.

 

Para él, están convergiendo dos tiempos que se mueven a ritmos distintos. Por un lado está el tiempo de la geoestrategia, que indica que Venezuela tiene que ser invadida como fuere desde Colombia y por otro, el de la realidad, en la que los venezolanos emprenden el camino de regreso a su patria, huyendo de la pandemia y de sus consecuencias.

 

Ayuda humanitaria: ¿De quién y para quién?

 

Justamente hablando de Colombia, el experto comentó que en barrios de la costa atlántica están poniendo banderas rojas en las casas, para protestar por el hambre. Algo similar está sucediendo en Perú, donde en las barriadas más pobres ponen banderas, trapos blancos “para decir ‘nos estamos muriendo de hambre’ ”. Esto sucede en países que han pretendido dar lecciones a Venezuela acerca de cómo gobernar, dijo.  

 

Mientras tanto, Venezuela recibió hoy un cargamento de 22 toneladas de ayuda humanitaria proveniente de la Cruz Roja y de la Media Luna Internacional, consistente en equipos médicos y kits de diagnóstico para hacer frente a la Covid-19. 

 

En ese orden de ideas, destacó que a nivel geoestratégico se había definido la matriz de que Venezuela sería el centro de la pandemia, pero el desastre no se ha producido y, de hecho, la ayuda humanitaria, que durante más de un año fue una bandera de la oposición, con su puesta en escena incluida durante la llamada “batalla de los puentes”, no llegó a nada. 

 

Aparte del fraude tras ese presunto ingreso de ayuda humanitaria estadounidense por parte de la oposición, también ha quedado de manifiesto que la ayuda humanitaria está llegando a Venezuela, pero por otros canales y gestionada por el gobierno del presidente Nicolás Maduro. 

 

¿Abrir o no abrir las sociedades? ¿Cuánto tiempo ha de durar la cuarentena?

 

El filósofo destinó una sección del programa para discutir los anuncios de relajación de las medidas de confinamiento que ya comienzan a discutirse incluso en países muy afectados por la pandemia de coronavirus, como Estados Unidos, Italia, Francia y Alemania. 

 

Empezó mencionando el caso estadounidense, recordando que Trump, a contrapelo de lo que le sugirieran científicos expertos e incluso medios de comunicación influyentes dentro de la opinión pública estadounidense, como The New York Times o The Washington Post, anunció que querría abrir el país a partir del primero de mayo, aunque finalmente dejó la decisión en manos de cada gobernador. 

 

Lo que ha sucedido es que en ciertos estados ya han empezado a relajar las medidas de distanciamiento social, como en Florida, con un gran número de afectados por la Covid-19, y que de todos modos, reabrió las playas de Jacksonville el pasado viernes 17 de abril a las 5 tarde, con el resultado ya esperado: al poco rato, estaban repletas. 

 

A su parecer, esta defensa a ultranza de las libertades individuales que prima en sociedades como la estadounidense, es un gran problema para contener la pandemia. “Si abres Miami Beach, ¿habrá gente preparada para mantener el distanciamiento social?”, se preguntó retóricamente, porque en su juicio, esos individuos moralmente superiores, capaces de discernir más allá del bien y del mal, como los imaginara Friederich Nietzsche en su concepto de superhombre, no existen en esa sociedad y lo que ocurre es que quienes sienten que la expresión de su individualidad es más importante que el bienestar común, acaban enfermando a otros e incluso “asesinándolos”. 

 

No en balde trajo a colación las declaraciones que este lunes hiciera la Organización Mundial de la Salud, que dijo a las claras que lo peor está por venir. 

 

Desde su óptica, estas declaraciones de la OMS obedecen a que muchos países están relajando las medidas. Dinamarca, por ejemplo, reinició las actividades escolares y Alemania, país densamente poblado y uno de los focos de la pandemia en Europa, anunció la apertura paulatina de la vida, si bien la cancillera Ángela Merkel pidió no relajarse. Hoy, comentó el experto, muchos comercios abrieron “en una primera fase” y las escuelas “donde el virus hace su fiesta”, lo harán el venidero 4 de mayo. 

 

Pero no solo Alemania, continuó. Francia, que junto con Italia y España tiene el récord de infectados y fallecidos en la Unión Europea, prepara una salida progresiva del confinamiento y ha multado a 800.000 personas por irrespetar el distanciamiento social. El 11 de mayo se incrementarán las actividades de transporte, comercio y escuelas. Algo similar se prevé en Italia, que ya prepara un plan de reapertura de las actividades productivas e industriales.

 

Parece que todo ello va a venir, a pesar de las advertencias de la OMS, que además de señalar que “lo peor está por venir”, aseveró la semana pasada que la Covid-19 comienza muy rápido y desacelera muy lentamente. Por ello hay ahora mismo una gran discusión, cuya respuesta no parece estar clara todavía: “¿Se abre o no se abre la sociedad?”, puntualizó. 

 

Ya en territorio nuestroamericano, el comunicador criticó nuevamente al presidente brasileño Jair Bolsonaro, pues ayer apareció en un evento multitudinario sin tapabocas, dando la mano y favoreciendo la aglomeración de personas. Asimismo, finalmente “resolvió” la disputa con su ministro de Salud –partidario de adoptar medidas de confinamiento más enérgicas– y lo reemplazó con otro más dócil, un especialista en oncología. 

 

Por su lado, aunque Trump dice que Estados Unidos avanza hacia una apertura el próximo primero de mayo, el gobernador de Nueva York volvió a desafiarlo, asegurando que el poder que tiene para resistir la cuarentena se lo otorga la constitución y no Donald Trump. 

 

En Nueva York, como en Guayaquil, ya no hay espacio para lidiar con los cadáveres de los fallecidos a causa del coronavirus, comentó Pérez Pirela. En la primera ciudad, una funeraria apila los cuerpos en la calle, a la vista de todos, mientras que en la segunda, los pobladores que residen en las proximidades de los cementerios, informan que es casi imposible respirar, debido al olor insoportable que emanan cientos de cadáveres. 

 

En México, el presidente Andrés Manuel López Obrador lanzó una advertencia a las organizaciones de crimen organizado: “Mejor bájenle a la violencia y no repartan comida”, dijo el mandatario después de que la hija de El Chapo Guzmán repartiera alcohol y tapabocas con la imagen de su papá en barriadas pobres. 

 

Algo similar está ocurriendo en Brasil y El Salvador, donde la ausencia de apoyos por parte del Estado para resguardar la salud y la integridad de los más vulnerables, ha hecho que las mafias se hayan arrogado el derecho de hacer respetar la cuarentena y repartir alimentos y otros enseres básicos. 

 

¿Gasolina a precios del mercado internacional? La necesidad de discutir sin tapujos el precio de la gasolina en Venezuela. 

 

La última sección del programa estuvo dedicada a comentar la venta de gasolina en dólares en estaciones de servicio de Caracas, situación que pudo que pudo constatar el equipo reporteril de La Iguana.TV durante un recorrido, aunque las denuncias de esta práctica abarcan a todo el territorio nacional. 

 

Según relató Pérez Pirela, en las estaciones de servicio visitadas se comprobó la existencia de tres colas: una para los funcionarios de la salud y otras áreas esenciales, otra para los ciudadanos comunes y una tercera, “VIP” donde es posible llenar el tanque de combustible, cancelando entre 20 y 30 dólares, lo que significa que el precio de venta por litro oscila entre 1 y 2 dólares. 

 

En ese orden de ideas, sostuvo que había mucha gente perteneciente a la clase media que estaría dispuesta a pagar la gasolina a ese precio, pero al Estado venezolano y no a un corrupto. Más todavía, a su parecer, este fenómeno se extiende a los alimentos y a otros rubros esenciales. “¿De qué nos sirve regalar la gasolina si al final no habrá?”, inquirió. 

 

Aunque reconoció que su comentario era polémico, estaba sucediendo y que para hablar de ello, imperaba no soslayar el hecho de que quienes denuncian la escasez de gasolina allende las fronteras, lo hacen para negar que existe un bloqueo sobre el país y luego criticar los resultados de ese bloqueo y presentarlos como que si se tratara de las consecuencias de una mala gestión. “Ni tan calvo ni con dos pelucas”, dijo. 

 

Sin embargo, porque la idea es proveer soluciones, mencionó que la gasolina no debe ser un tema tabú y que “hay que poner sobre la mesa los elementos de discusión para tomar algunas decisiones”.

 

Adicionalmente, insistió en que quienes aúpan ese bloqueo, apuestan para que no lleguen alimentos, medicinas, para que no se puedan adquirir los químicos necesarios para producir gasolina. “Nos han quitado nuestras empresas fundamentales”, Citgo y Monómeros. 

 

Pese a ello, el analista político se mostró optimista, porque hoy Venezuela mantiene los valores de infectados y fallecidos muy por debajo de las previsiones y ello es el resultado de una buena gestión de la crisis, tanto por parte del gobierno, como por parte del pueblo venezolano, que en su mayoría ha respetado disciplinadamente la cuarentena, al punto tal que los focos que hoy se han identificado, están relacionados con violaciones a la medida. 

 

Libros recomendados

 

Al cierre de la emisión, recomendó: “La filosofía de la ciencia”, de Carlos Silva; “El saqueo cultural de América Latina: de la Conquista a la Globalización”, de la autoría de Fernando Báez y un clásico de la filosofía griega, “Protágoras”, de Platón. 

 

(LaIguana.TV)

 

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